De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 213
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Capítulo 213:
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Joselyn estaba muy nerviosa, pero entonces se le ocurrió una idea descabellada. Sin previo aviso, agarró a Yolanda del brazo con fuerza. «Yolanda, ¿por qué no te echas la culpa de Katie? Te prometo que moveremos algunos hilos y te sacaremos de allí en un santiamén. No tendrás ni una sola mancha en tu expediente y nuestra familia te tendrá en gran estima».
Yolanda miró a Joselyn con la mandíbula apretada, incrédula. La supuesta solución de Joselyn era escandalosa.
Brendon se puso de pie de un salto, con la voz aguda por la indignación. «¡Ni hablar! ¿Por qué tiene que pagar Yolanda por el error de Katie?».
Pero Yolanda esbozó una sonrisa amable y desinteresada, interpretando su papel a la perfección. —Brendon, déjame hacerlo. Solo quiero ayudar a tu familia.
El tono de Brendon se suavizó, pero no cedió. —No. No lo permitiré.
Yolanda se acercó más, con una mirada llena de afecto, y le rodeó con el brazo. «No puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo destruyen la vida de tu hermana. Déjame ir en tu lugar, así podrás hacer tu magia y sacarme rápidamente».
Yolanda actuó de forma convincente, decidida a hacer creer a Joselyn y Brendon que estaba dispuesta a asumir la culpa por la familia Dawson. Pensó que así, Joselyn quizá la trataría por fin con respeto y que, tal vez, Brendon la querría aún más.
La voz de Joselyn temblaba y sus ojos brillaban con lágrimas contenidas. —Brendon, incluso Yolanda está dispuesta a cargar con la culpa por Katie. ¿Por qué sigues dudando? —Se aferró a él, con la desesperación reflejada en su rostro—. Tu hermana está a punto de casarse con la familia Hubbard. Si la condenan, ¿de verdad crees que seguirán considerándola? Es tu única hermana. Un escándalo arruinará su futuro, destruirá su educación y arrastrará el nombre de toda nuestra familia por el barro».
Brendon se mantuvo firme al principio, pero las palabras de Joselyn calaron en él como un veneno lento, corroyendo su determinación. La empresa apenas se mantenía a flote; si este escándalo se extendía más, todo el negocio podría colapsar. Apretó la mandíbula y frunció el ceño mientras el peso de sus problemas financieros lo oprimía.
Al verlo dudar, Yolanda malinterpretó su silencio y supuso que se resistía a dejar que ella cargara con la culpa. Una sonrisa astuta se dibujó en la comisura de sus labios. Había dado al traste con los planes de Joselyn con solo unas pocas palabras bien elegidas.
—Brendon, de verdad, no me importa. Puedo encargarme de esto. Solo… no me menosprecies cuando todo haya terminado —dijo Yolanda en voz baja, con la voz temblorosa para darle más énfasis.
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Brendon la rodeó con sus brazos, con un tono suave y tranquilizador. —¿Cómo podría menospreciarte? No seas tonta. —Luego, su determinación se endureció—. Está bien. Deja que Yolanda cargue con la culpa por Katie.
Yolanda se quedó paralizada. La sangre se le heló en las venas y un escalofrío le recorrió el cuerpo.
Solo había estado actuando, nunca había pensado en ser la cabeza de turco. ¿Su plan había salido terriblemente mal? «Yolanda», la mirada de Brendon se posó en ella, con ojos llenos de compasión y ternura dolorosa.
Yolanda contuvo el torrente de maldiciones que brotaba de su garganta y esbozó una sonrisa suave y azucarada. «¿Sí?».
«Siento mucho que estés pasando por esto», murmuró él, depositando un beso en su frente.
«Solo tienes que decirlo y haré lo que necesites». Llevaba a la perfección la máscara de mártir desinteresada, aunque en su mente estaba destrozando a él y a Joselyn. Aceptar cargar con la culpa había sido un error. Nunca imaginó que Brendon aceptaría la propuesta de Joselyn. Pero ya era demasiado tarde para echarse atrás.
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