De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 199
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Capítulo 199:
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Katie recordó de repente el artículo que había publicado en Internet. Con todo el caos que rodeaba su enfermedad, casi se había olvidado de su plan. Ni siquiera había comprobado las reacciones del público.
—No es nada, de verdad —Yolanda negó con la cabeza, pero su reacción solo llamó más la atención.
Brendon entrecerró los ojos. —Yolanda, ¿sabes algo?
Un temblor calculado recorrió la voz de Yolanda. —No tengo ni idea… —Se mordió el labio y evitó la mirada de todos.
Brendon no se echó atrás. —Sabes que descubriré la verdad, me la digas o no —dijo con tono gélido.
Finalmente, Yolanda se sinceró, suavizando el tono como si estuviera defendiendo a Christina. «No es que no quiera decirlo, pero creo que las acusaciones en Internet contra Christina son calumnias. Las afirmaciones de que fue infiel durante el matrimonio y de que un hombre mayor la mantiene desde el divorcio son falsas…».
Con un suspiro perfectamente calculado, Yolanda consiguió soltar todos los detalles, fingiendo inocencia incluso mientras contaba toda la historia.
La rabia se apoderó de Joselyn y dio un puñetazo en la mesa. «¡Esa mujer no tiene vergüenza! Después de todo lo que mi hijo hizo por ella, se volvió contra él y lo traicionó. Casarse con alguien de nuestra familia fue lo mejor que le pasó en la vida. Incluso cuando se divorciaron, se llevó una pequeña fortuna y, aun así, ¡se niega a mostrar ningún tipo de gratitud!».
El disgusto se apoderó del rostro de Brendon, el recuerdo de Elliott defendiendo a Christina le dolía mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir. Esa herida volvió a abrirse. Nunca se le había pasado por la cabeza que Christina pudiera ser tan hábil a la hora de manipular a los hombres.
Sus labios se apretaron formando una línea fina. Cogió su teléfono y empezó a desplazarse por los titulares, buscando cualquier cosa sobre Christina. Todos los artículos y comentarios maliciosos no hacían más que avivar las llamas de su ira.
—Christina no me parece una persona frívola. Brendon, no puedes creer esos rumores. —Yolanda hizo un intento más sutil por difamar a Christina.
—Ya basta. Tengo mi propia opinión —respondió Brendon, con un tono más frío que el hielo.
Yolanda no pudo ocultar su alegría al ver cómo se ensombrecía el rostro de Brendon. En secreto, esperaba que el resentimiento se arraigara en su corazón.
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Tumbada en la cama del hospital, a Katie le resultaba casi imposible contener su alegría. Ver cómo el escándalo que había desatado cobraba impulso y cómo Christina era arrastrada por el barro casi la hacía reír a carcajadas.
Brendon cogió su teléfono y marcó el número de Christina. Pero el teléfono sonó varias veces antes de que colgaran. Sin querer darse por vencido, volvió a marcar. Llamada tras llamada, ella colgaba, y finalmente apagó el teléfono.
La frustración amenazaba con desbordarse. Brendon apretó el teléfono con tanta fuerza que se le pusieron blancos los nudillos, y la necesidad de lanzarlo por la habitación lo devoraba por dentro.
—¿Aún no has conseguido contactar? ¿Cómo vamos a conseguir que el doctor Emmett trate a Katie? Quizá Christina nos está evitando por todo el lío que hay en Internet —dijo Yolanda, frunciendo el ceño mientras volvía a mencionar el supuesto escándalo de Christina.
Una calma mortal se apoderó de Brendon mientras respondía con voz ronca.
—Aunque no me coja el teléfono, encontraré la manera de hacerlo.
A medida que el sol se ponía, Christina se preparó para marcharse, con la intención de reunirse con Lauretta en el lugar acordado para recoger el Woodfort. Ignorando los intentos de Brendon por contactar con ella, apagó el teléfono y lo dejó así, decidida a no dejarse interrumpir.
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