De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 192
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 192:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Al darse cuenta de la confusión de Dylan, Christina le explicó: «Elliott solo ha venido a charlar sobre algunas técnicas de derrape, algo relacionado con las carreras». Ese mismo día, poco después de que Christina terminara su llamada con Dylan, Elliott se había presentado en su puerta. Ella aún recordaba cómo, en Rockland, Elliott la había defendido cuando Brendon intentó causarle problemas. No lo había olvidado.
«Es casi la hora de cenar», dijo Dylan, con un mensaje implícito imposible de pasar por alto. De todos los momentos para aparecer, Elliott había elegido el más inoportuno. Las intenciones de Elliott no podían ser más transparentes.
Antes de que Christina pudiera responder, Elliott le dedicó una sonrisa a Dylan. «Lo siento. He tenido un problema con mi coche de carreras y no he podido solucionarlo. He pensado en pasarme para pedirle ayuda a la señorita Jones. La verdad es que no he pensado en el momento, la sinceridad». Volviéndose hacia Christina, añadió con sincero pesar: «Espero no estropear sus planes para la cena, señorita Jones».
—No pasa nada —respondió Christina sin perder el ritmo—. Tengo cuatro raciones de filete y pasta preparadas. Si no te importa, puedes quedarte a cenar con nosotros.
En un principio, Morse tenía previsto unirse a ellos después de su sesión, pero lo había cancelado en el último momento. Esa ración extra de filete y pasta resultó ser perfecta para Elliott.
«¿Te importa?
En absoluto —respondió Elliott, lanzando una mirada a Dylan que casi le desafiaba a objetar—. Estaré encantado de quedarme».
La expresión de Dylan se endureció hasta convertirse en algo glacial. La mera presencia de Elliott le molestaba.
«La comida estará lista en un momento —dijo Christina—. Ustedes dos, busquen un sitio, yo voy a buscar a Chloe». Dicho esto, salió de la habitación.
En cuanto Christina desapareció, un silencio pesado y eléctrico se apoderó de Dylan y Elliott, como si toda la habitación contuviera la respiración. Ninguno de los dos se inmutó. Ambos irradiaban una confianza natural y se negaban a ser el primero en apartar la mirada.
Por un segundo, Elliott sintió que su certeza vacilaba, pero el orgullo lo mantuvo firme en su sitio.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒαɴ.c♡𝗺 para más emoción
Christina pronto llevó a Chloe al comedor, sintiendo al instante algo extraño en el aire, una tensión que le ponía los nervios de punta. Sin embargo, con Dylan y Elliott sentados tranquilamente a la mesa, era difícil determinar la causa. Si no fuera por la ausencia de ojos morados o labios partidos, habría pensado que había habido una pelea.
Una voz alegre rompió la tensión. —Dylan —llamó Chloe con una sonrisa cálida y acogedora.
—Dylan. —Se levantó con elegancia, acercándose para coger la silla de ruedas y ayudar a Chloe a sentarse a la mesa.
—He oído que Elliott ha venido esta noche. ¡Me alegro de que estés aquí! —dijo Chloe, volviéndose hacia él con una sonrisa de bienvenida.
—Se lo agradezco, señorita Scott. Y gracias a usted, señorita Jones, por invitarme —respondió Elliott, educado y afable.
—A ver si la cena está a la altura de tus expectativas. Adelante, sirveos —respondió Chloe con voz alegre.
—De acuerdo —respondió Elliott, cortando con cuidado su filete y probando un bocado. Se tomó su tiempo para saborearlo antes de asentir con aprobación—. Está realmente bueno.
—Me alegro de oírlo —dijo Chloe con una pequeña risa, levantando su copa—. ¡Brindemos!
Dylan, Elliott y Christina se unieron a ella, levantando sus copas y haciendo tintinear las copas antes de beber.
.
.
.