De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 178
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 178:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—Christina, ¿es muy grave el daño? —preguntó Chloe, con la voz temblorosa por la preocupación, mientras luchaba por comprender lo que estaba pasando debido a su problema de visión.
Una suave sonrisa se dibujó en los labios de Christina. —No es nada grave. Lo arreglaremos.
En realidad, el daño era casi total: quienquiera que hubiera hecho esto claramente quería que el coche quedara inservible. Lo más fácil habría sido sustituirlo. La mayoría de la gente habría exigido una indemnización y se habría comprado un juguete nuevo.
Pero Christina no. Aunque reclamara los daños, no lo cambiaría: era la primera vez que le hacían un regalo tan bonito. Cuando bromeó con deducir el coste del coche de su sueldo, solo lo decía medio en serio. Lo que realmente importaba era el valor sentimental del coche. Un ligero temblor recorrió la mano de Christina mientras presionaba la uña del pulgar contra el dedo, conteniendo su frustración.
«Los culpables ya han sido entregados a la policía», dijo Brad, rompiendo el silencio.
El gerente del centro comercial INQ les había asegurado que el centro se haría totalmente responsable de la pérdida de Christina, independientemente de si los culpables podían pagar la indemnización.
«¿Qué han dicho? ¿Hay alguien detrás de esto?», preguntó Christina, con un tono de curiosidad.
Brad negó rápidamente con la cabeza. «Nada de eso. Insistieron en que solo se trataba del coche, que lo destrozaron porque no les gustaba cómo era».
Chloe preguntó: «Christina, ¿crees que alguien los contrató para hacerlo?».
«Solo es una idea», respondió Christina con suavidad. «Volvamos ya».
—De acuerdo —aceptó Chloe—. Pediré al conductor que nos recoja.
—Déjenme llevarlas —ofreció Brad, con evidente entusiasmo por ayudar.
Christina aceptó la oferta de Brad sin dudarlo y le hizo un gesto de asentimiento con la cabeza. —Gracias por tu amabilidad. Siento molestarte.
—¡No es molestia ninguna! De verdad, es un honor —dijo Brad con entusiasmo, sonriendo de oreja a oreja.
Con un entusiasmo ensayado, las acompañó hasta un elegante todoterreno negro y les abrió la puerta con una pequeña reverencia respetuosa. —Por favor.
Capítulos que enganchan en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.c○𝓂
Brad ayudó a Chloe a acomodarse y se aseguró de que la silla de ruedas estuviera plegada y guardada con cuidado antes de subir al asiento del conductor.
Al salir del aparcamiento del INQ, apenas podía contener su emoción. No solo había conseguido ser su conductor temporal, sino que también había conseguido el número de Christina. La emoción casi le hizo pisar demasiado el acelerador.
—Si necesita algo, señorita Jones, solo tiene que decírmelo —dijo Brad con sinceridad.
Su respuesta fue breve y serena. —De acuerdo.
A Brad no le molestó en absoluto su frialdad; más bien, le pareció acorde con alguien de su categoría.
Cuando el SUV negro llegó por fin a Bayview Estates, Brad observó cómo Chloe y Christina se dirigían a una villa situada a media altura de la colina. La elección del barrio coincidía con todo lo que había sospechado: Christina era una persona influyente, alguien que pertenecía a los círculos más altos de la ciudad.
Solo después de que Christina desapareciera por la puerta, Brad se alejó, sintiéndose más afortunado que en años, con los datos de contacto de Christina guardados a buen recaudo en su teléfono.
En otro lugar, un descapotable rosa rugía por la calle, con el viento azotando el pelo de Thea. Una mueca de disgusto se dibujó en su rostro.
.
.
.