De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 173
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 173:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La confianza de Leona se hizo añicos cuando la verdad salió a la luz de forma tan pública. La humillación y la traición avivaron las llamas de su furia, haciéndola hervir. Siempre había respaldado los esfuerzos de la asistente de ventas senior, e incluso en los días en que no tenía intención de comprar nada, encontraba la manera de prestarle su apoyo solo para ayudarla. Cuando le apetecía, sorprendía a la dependienta con artículos de lujo: a veces joyas, otras ropa de diseño o incluso bolsos de alta gama. Descubrir que había estado mimando a una traidora la dejó enferma.
Sin previo aviso, la ira de Leona estalló. Se acercó con paso firme y le dio una sonora bofetada, haciendo que la cabeza de la dependienta senior se desviara hacia un lado. La sofisticación y la elegancia definían a Leona, y la edad nunca parecía apagar su resplandor. Cualquiera que la viera habría adivinado que era décadas más joven. Sin embargo, todos los cuidados del mundo no podían devolverle los años perdidos.
«¡Sra. Frazier, por favor! ¡Le he sido leal! Lo juro, ¡nunca haría algo así!», dijo la dependienta principal, extendiendo las manos desesperadamente mientras su voz se hacía más fuerte.
«Ya la has oído decir que hay pruebas. Si hay pruebas, ¡entonces sigues mintiendo! ¿Cómo te atreves a protestar? ¡No eres más que una traidora!». La mirada de Leona era afilada como un cuchillo, y su furia se desbordó cuando dio una patada a la dependienta principal y la tiró al suelo.
Los gritos de desesperación llenaron la tienda mientras la dependienta senior golpeaba el suelo, suplicando clemencia. Las lágrimas corrían por su rostro mientras dudaba de que Christina pudiera tener pruebas.
—Sra. Frazier, por favor, no se deje engañar por las mentiras de esta mujer.
Señalando a Christina, la dependienta senior continuó: «Mírela, es mucho más atractiva que yo. Probablemente sea ella la verdadera amante. ¿Cómo si no habría conseguido esa tarjeta negra exclusiva? ¡Quizá muchos de sus maridos ya hayan caído en sus redes! No puede dejarse engañar por alguien como ella. Señora Frazier, solo está intentando enfrentarnos entre nosotras para que no tenga aliados contra ella. Les ruego que no confíen en una sola palabra de lo que dice».
Christina no se esperaba tal audacia: ¿la dependienta jefe aún tenía el descaro de difamarla? Atrevida. Y estúpida.
Christina dijo con voz fría y clara mientras miraba a la dependienta jefe: «Yo no tengo el número del Sr. Frazier, pero tú sí, junto con un rastro de mensajes coquetos y pruebas condenatorias. Claro, tal vez él los borró, pero apostaría lo que fuera a que tú no. Después de todo, si la boda no se celebra, necesitarás algo con lo que chantajearlo, ¿no?».
No te lo pierdas en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 para seguir disfrutando
Christina se volvió hacia Leona con una mirada significativa. «Revisa su teléfono. Todo estará allí. ¿Y si se niega? Bueno, eso lo dice todo. ¿No es así, señora Frazier?».
Leona no dudó y extendió la mano hacia la dependienta. —Dame tu teléfono. Ahora.
La dependienta se estremeció y el pánico se reflejó en su rostro. —No lo he traído.
Leona entrecerró los ojos y alzó la voz con furia. —No insultes mi inteligencia. Usas el teléfono todos los días para perseguir a los clientes y inflar tus cifras. ¿Esperas que me crea que te lo has dejado aquí?
Leona estaba furiosa. ¿Acaso esta vendedora la tomaba por tonta? Puede que ya no fuera joven, pero ¿senil? Ni por asomo.
«Yo… te enseñaré mi teléfono, lo juro, pero me duele mucho el estómago, necesito ir al baño…».
.
.
.