De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 132
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 132:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Davina observó la sonrisa melancólica de su amiga y sintió un nudo en el pecho por la compasión que sentía. Tanta calidez, tanta devoción… Christina lo había dado todo a personas que no lo merecían.
«¡Que se pudran en su arrepentimiento esos ciegos insensatos!», declaró Davina con energía contagiosa. «¡Mi Christina es la mejor! ¡Cualquiera que sea tan tonto como para no valorarte es un idiota!».
Christina no pudo evitarlo. Se echó a reír, y las últimas sombras de tristeza se desvanecieron de su rostro.
Desde su asiento en las gradas, Ralphy, que siempre había tenido un don para leer los labios, captó cada palabra entre Elliott y Brendon. Una sonrisa pícara se dibujó en su rostro en cuanto lo entendió todo. «Vaya, ahora estás en un lío», se rió, dándole un codazo a Dylan en el costado. —Ni siquiera has reclamado tu derecho y ya tienes competencia. Ese tal Hubbard acaba de decir abiertamente que no le importa que la señorita Jones sea divorciada y mayor. Que es exactamente su tipo y todo eso. Incluso ha insinuado que, si se la gana, correrán juntos».
Ralphy silbó entre dientes y sacudió la cabeza con fingida lástima. —Claro, su familia no es tan rica como la tuya, pero sigue siendo adinerado, agradable a la vista y, además, es más joven. Y seamos realistas, ¿una mujer madura y un chico más joven? Es la última moda…
Antes de que pudiera terminar su frase, Dylan se puso en pie de un salto, con la furia pintada en el rostro, y se alejó sin decir palabra.
—¡Eh! ¿Adónde demonios vas? —Gritó Ralphy, que salió corriendo tras él, decidido a no quedarse atrás—. ¿De verdad vas a empezar una pelea? ¡Espera, tío!
Al acercarse a su pequeño coche, Christina pulsó el mando a distancia y abrió la puerta.
Davina soltó un grito de alegría. «¡Este coche es adorable! ¿Cuándo lo has comprado? ¿Cómo es que no me lo has enseñado?».
Davina había visto el cochecito antes, pero no había tenido ocasión de preguntárselo hasta ahora.
Christina respondió con calma: «Me lo regaló Dylan, pero insistí en pagarlo con mi sueldo».
Davina sabía que Christina había estado trabajando para Dylan, ayudando a cuidar de Chloe últimamente.
«Sí, es bonito, pero ¿no eres un poco alta para un coche tan pequeño?», bromeó Davina, mirando el coche con curiosidad.
Tu novela favorita continúa en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç◦𝓂 para fans reales
Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de Christina. «Parece pequeño, pero en realidad hay mucho espacio para viajes cortos. Estoy cómoda en él, incluso con mi altura».
«Déjame probarlo más tarde. Le diré a mi chófer que lleve mi coche a casa», sugirió Davina.
—Adelante —respondió Christina, entregándole las llaves con un gesto de asentimiento. Las dos mujeres estaban a punto de subir cuando una voz detrás de ellas las detuvo: —Esperad.
Se volvieron al unísono y vieron a Elliott acercándose a grandes zancadas. —Necesito hablar contigo un momento, Christina —dijo, fijando su atención en ella.
Christina, intrigada, preguntó: «¿Qué te pasa?».
Elliott miró a los demás y dudó. «¿Podemos hablar a solas un momento?».
Christina sugirió rápidamente: «Íbamos a ir a por pizza. Si te apetece, ven con nosotros y síguenos con tu coche». En realidad, Christina esperaba tener la oportunidad de darle las gracias a Elliott en privado por haberla defendido antes.
.
.
.