De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1292
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Capítulo 1292:
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«¿Te duele?», preguntó Waylon, bajando la mirada hacia la rodilla de Terrence con verdadera preocupación.
«No es nada. Se curará rápido», dijo Terrence, restándole importancia.
«Ponte un poco de pomada», dijo Waylon, con voz suave pero firme. «Y curate esos cortes de la cara. No dejes que te queden cicatrices».
«Entendido», respondió Terrence con un gesto de asentimiento.
De repente, Waylon volvió a tener un ataque de tos violento y seco.
—¡Abuelo! —Terrence se apresuró a acercarse, le metió una pastilla en la boca y cogió un vaso de agua tibia de la mesa—. Tómate la medicina.
Waylon no dijo nada. Bebió un sorbo de agua y se tragó la pastilla en silencio.
—Ya puedes irte —dijo en voz baja—. Necesito estar solo un rato.
Su rostro parecía frío, su voz apenas audible, áspera y ronca, como el aire que raspa un fuelle viejo y roto.
Aquella voz suave que una vez tuvo había desaparecido hacía tiempo, arruinada por completo en la explosión.
Waylon cerró el puño y sus ojos ardían de odio, como una tormenta a punto de desatarse.
Era ese maldito Herbert. Él era el motivo de todo lo que había salido mal.
Terrence se quedó allí en silencio durante un segundo, luego se dio la vuelta y se alejó.
Al marcharse, oyó a Waylon toser de nuevo detrás de él. Los pasos de Terrence vacilaron por un momento, pero no se dio la vuelta. Su mano se cerró lentamente en un puño a su lado. Tenía que encontrar a King rápidamente, pero después de buscar durante tanto tiempo, aún no había descubierto ni una sola pista.
Terrence apretó el puño y se alejó con determinación.
Cuando se cerró la puerta, en la habitación tenuemente iluminada solo quedaba Waylon, sentado solo en su silla de ruedas.
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Waylon comenzó a toser con fuerza, con el cuerpo temblando por el esfuerzo. Su rostro se enrojeció por el esfuerzo y una oleada de ira brotó en su interior. La vida era tan injusta.
¿Por qué Herbert tenía una familia perfecta, hijos y nietos que eran todos brillantes, mientras que él había quedado desfigurado, con el cuerpo arruinado y sin apenas un trozo de piel sana?
Desde entonces, había vivido como una rata escondida en la oscuridad, demasiado avergonzado para enfrentarse a la gente, demasiado asustado de la luz, eligiendo en su lugar quedarse en rincones sombríos.
No tenía una familia que lo quisiera, ni hijos propios.
Su único nieto ni siquiera era suyo por sangre. Terrence era adoptado.
Terrence no era más que un arma que había forjado para su venganza.
Le había enseñado a Terrence a matar, a ser despiadado, implacable y frío…
Pero nunca le había enseñado lo que era el amor. Y, sin embargo, de alguna manera, Terrence se había enamorado de una mujer que lo había cambiado. Waylon entrecerró los ojos para mirar los rincones oscuros de la habitación, con una expresión indescifrable.
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