De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1287
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Capítulo 1287:
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Había dormido toda la noche y no había visto el mensaje. Furiosa en silencio, Besty decidió aceptar el crédito por ahora para no quedarse sin nada.
Después de despedir a los visitantes, Besty revisó su cuenta bancaria. Descubrió que se había transferido dinero de su cuenta aunque ella había estado dormida en ese momento.
¿Quién había movido su dinero en silencio?
Lo que más le aterrorizaba era el código de verificación del banco, que la miraba fijamente en sus mensajes de texto.
¿Alguien había hackeado su teléfono?
Besty se negó a dejarlo pasar. Planeaba enfrentarse al banco por la retirada de fondos.
Entonces llegaron un vídeo y un archivo de audio. Cuando los abrió, su mundo pareció derrumbarse.
Los archivos contenían el vídeo y el audio completos de su conversación con Christina en la cafetería.
Tanto el vídeo como el audio la mostraban como la autora del complot para asesinar a Christina, lo que implicaba que todos los que estaban en la cafetería eran sus cómplices.
¿Cómo habían acabado las imágenes de las cámaras de seguridad de la cafetería en manos de otra persona? ¿Cómo las habían obtenido?
Besty estaba segura de que Christina había organizado la filtración y le había enviado la grabación.
¿Christina estaba tratando de extorsionarla?
Tan pronto como se le ocurrió esa idea, un número desconocido le envió un mensaje de texto. «Señorita Webster, hemos recibido su dinero. Gracias por su contribución a la sociedad».
Los acontecimientos que parecían no tener relación entre sí habían sido orquestados por la misma persona.
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El mensaje de Christina no contenía ninguna amenaza explícita, pero dejaba claro que Besty tendría que aceptar la pérdida en silencio.
Después de sopesar sus opciones, Besty guardó silencio y cambió inmediatamente todas las contraseñas de sus dispositivos y cuentas bancarias. El odio se desbordaba de los ojos de Besty; apretó los dientes y espetó: «¡Argh, miserable, miserable!».
Se aseguraría de que Christina pagara el precio por haberla fastidiado.
«¿Qué te hace sonreír así?», preguntó Dylan con naturalidad, colocando un plato delante de Christina con facilidad.
«Oh, nada importante. Solo he hecho pagar a alguien que se metió conmigo», respondió Christina con una leve risa.
«¿Quieres que me encargue yo?», preguntó Dylan con una sonrisa, aunque había un tono severo en su voz que insinuaba que lo decía en serio.
«No hace falta. Lo tengo bajo control», respondió Christina con calma.
«De acuerdo, pero ten cuidado», advirtió Dylan, con voz suave pero seria.
«Claro», dijo Christina, tirando suavemente de él para que se sentara a su lado. «Dejémoslo por ahora. Solo come».
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