De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1283
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Capítulo 1283:
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«Me encanta el café de aquí», dijo Betsy con una sonrisa tranquila. «Pruébalo. Te transferiré el dinero en un momento».
«De acuerdo», dijo Christina.
Se inclinó hacia delante, pero en lugar de coger su propia taza, las cambió con suavidad, deslizando el café con leche de Betsy a su lado.
Betsy se quedó paralizada. La sonrisa de su rostro se tensó.
Una chispa de pánico brilló en sus ojos antes de que lo reprimiera. «Esa es mía», dijo con ligereza. «Has cogido la equivocada».
« No lo he hecho —respondió Christina con voz tranquila. Dejó la taza sobre la mesa, pero no le dio un sorbo.
Betsy intentó estirar el brazo para cogerla, pero Christina la detuvo.
—¿Por qué no te pido otra? Devuélvela, ¿vale? —dijo Betsy, tratando de mantener la compostura.
Christina levantó ligeramente la taza, acercándola lo suficiente para percibir el ligero aroma de la bebida. Sus labios esbozaron una sonrisa.
«El café aquí es realmente bueno», dijo en voz baja, «pero la gente… no tanto».
La expresión de Betsy vaciló. «¿Qué quieres decir con eso?».
Cuando levantó la vista, Christina la estaba mirando, con ojos agudos, casi divertidos. Y en ese momento, a Betsy se le hizo un nudo en el estómago.
Una ola fría de pánico la invadió.
¿Christina había descubierto su plan?
Imposible. Christina no podía ser tan inteligente.
Betsy intentó estabilizar su respiración, convenciéndose a sí misma de que no era nada. Christina era codiciosa, simplista, fácil de engañar. Su plan era infalible.
Era imposible que la hubiera descubierto. Simplemente estaba pensando demasiado.
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—Deja de fingir —dijo Christina con una leve sonrisa, arqueando una ceja—. Solo dime, ¿por qué demonios me persigues?
—Me has robado a mi hombre. ¿No es obvio? —espetó Betsy con voz llena de rencor.
—¿Que te he robado a tu hombre? —repitió Christina, frunciendo el ceño con expresión de desconcierto.
¿Le gustaba Dylan a Betsy? ¿Se había enterado de su relación y había venido a causar problemas?
—Yo estaba con Terrence primero —siseó Betsy—. Luego apareciste tú y él me ignoró. Me lo has robado. —Sus ojos ardían de odio.
Christina frunció el ceño. Todo aquello le parecía una locura.
—Cree lo que quieras, pero no hay nada entre Terrence y yo. Nunca lo he perseguido —dijo con serenidad.
Eso no calmó a Besty. Solo la enfureció más. Para ella, las palabras de Christina implicaban que era Terrence quien perseguía a Christina, y eso le pareció una bofetada en la cara.
El hombre por el que Besty estaba obsesionada no le importaba lo más mínimo. Solo tenía ojos para Christina.
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