De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1252
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1252:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
No dijo ni una palabra, pero sus ojos brillaban de satisfacción. La gente podía burlarse de él o reírse de él por elegir a una mujer joven como su mentora, pero él sabía que había tomado la decisión correcta.
Desde el día en que se inclinó ante Christina como su mentora, nunca lo había dudado.
Ella era auténtica. Su mayor orgullo.
Momentos después, llegó un mensaje al teléfono de Christina indicando que Davina estaba en el hospital.
Su expresión se congeló y toda la calidez desapareció de su rostro en un santiamén. Una intención fría y letal brilló en sus ojos, cruda e innegable, imposible de ocultar. Los Murray habían ido demasiado lejos esta vez.
Una presencia fría y sofocante la envolvió, y la temperatura de la habitación pareció bajar. Era como si el aire se hubiera convertido en hielo, lo suficientemente afilado como para morder la piel.
Todos retrocedieron instintivamente, con los ojos muy abiertos y el corazón latiendo con fuerza. Todos se preguntaban si habían cometido un error durante la restauración o si habían calculado mal de alguna manera.
Sin embargo, nadie se atrevió a preguntar. La presión que emanaba de ella era tan densa, tan sofocante, que estaba claro que todos caminaban sobre terreno frágil.
Incluso Magnus podía sentir el aura fría y asesina que emanaba de ella y no se atrevía a dar un paso adelante.
La mera presencia de Christina podía infundir miedo a cualquiera, incluso sin decir una palabra.
Úʟᴛιмαѕ иσνᴇʟαs en ɴσνєʟαѕ4ƒαɴ.ç𝓸m
—Magnus, tengo que ir al hospital. Quédate aquí y vigila todo —dijo con voz firme, casi demasiado tranquila.
—¿Te encuentras mal? —preguntó Magnus, con evidente preocupación.
Los demás también querían expresar su preocupación, pero el miedo era más fuerte que su compasión. No se atrevieron a acercarse a ella. Se quedaron paralizados, con toda su atención puesta en ella.
Intercambiaron miradas, escuchando como si fuera lo más peligroso que pudieran hacer.
—No. Una amiga mía está herida. Está en el hospital. Voy a ver cómo está —dijo Christina.
Magnus asintió rápidamente. —De acuerdo. Me quedaré aquí y vigilaré las cosas.
—Bien. —Sin decir nada más, Christina dio media vuelta y se alejó con determinación, con sus pasos tan rápidos y precisos como siempre.
Los demás se quedaron en silencio, atónitos, viéndola marcharse. La curiosidad les carcomía por dentro: ¿quién podía significar tanto para ella?
Pero nadie se atrevió a preguntar. La pregunta flotaba en el aire, como una suave y provocadora picazón que no se podía rascar.
.
.
.
Nota de Tac-K: Tengan una gran semana queridas lectoras, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (૭ 。•̀ ᵕ •́。 )૭
.