De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1216
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Capítulo 1216:
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Dylan le apartó un mechón de pelo detrás de la oreja con un gesto suave. «No te preocupes. Nadie que haya iniciado o difundido esas mentiras sobre ti en Internet se saldrá con la suya».
Ya había localizado y se había ocupado de todos y cada uno de ellos.
La mayoría de las personas difamadas en Internet no tenían forma de defenderse, pero Dylan sí tenía los medios y no estaba dispuesto a dejar que Christina sufriera.
Pensaban que podían manchar su nombre sin consecuencias, pero eligieron a la persona equivocada con quien meterse.
—¿Has hecho que alguien les dé una lección? —preguntó Christina.
Dylan dudó un momento, preocupado por si ella pensaba que había ido demasiado lejos. —¿Crees que me pasé?
—En absoluto —respondió ella con firmeza—. Algunas personas necesitan una lección. Creen que pueden arruinar vidas con solo pulsar unas teclas. Esta venganza no es excesiva.
Dylan soltó un suspiro de alivio. —¿Cuándo vas a Jasgow?
—Más tarde hoy o mañana. Cuanto antes me vaya, antes podré volver —respondió Christina.
—Cuídate cuando yo no esté. En cuanto termine con los asuntos de la empresa, iré a buscarte —dijo Dylan en voz baja.
—De acuerdo. Tú también cuídate. Los que intentaron eliminarte no se rendirán tan fácilmente, estarán esperando otra oportunidad —dijo Christina, frunciendo el ceño con preocupación.
—Me preocupa más que vayan a por ti —respondió Dylan, con voz grave y los ojos oscurecidos por la inquietud.
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—No tienes que preocuparte por mí. Yo estoy… —Christina se detuvo a tiempo, a punto de revelar su secreto.
—¿Eres qué? —insistió Dylan, con curiosidad en su tono.
—Soy la mentora de Magnus. Confío en las personas que él envía para protegerme —dijo con una sonrisa tranquila.
«Tú estás a la luz y ellos se esconden en la oscuridad. Ten mucho cuidado, llévate algunos guardaespaldas», le instó Dylan.
—De acuerdo —aceptó Christina sin dudarlo, sabiendo que discutir solo aumentaría la preocupación de Dylan.
Con el peligro acechándole, lo último que quería era distraer su atención.
En Internet, la narrativa cambió rápidamente. La ola de odio que se había levantado contra Christina dio un giro repentino.
Uno por uno, los mismos que habían alimentado la calumnia se presentaron y admitieron que habían inventado toda la historia. Las disculpas públicas se multiplicaron, cada una más desesperada que la anterior.
Luego llegó la verdadera bomba. Alguien dio un paso al frente con pruebas de que Joselyn, y no Christina, era la responsable del aborto espontáneo de Yolanda. Y Christina no tenía nada que ver con ello.
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