De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1214
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Capítulo 1214:
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Le hizo cosquillas.
Esa familiar calidez la envolvía: el aroma de Dylan. Reconfortante. Seguro. Simplemente… él.
Sin siquiera abrir los ojos, murmuró: «Mmm… déjalo ya…».
«Pequeña dormilona. Es hora de levantarse», dijo Dylan con voz suave y juguetona. Le acarició el cabello con los dedos y le dio un beso en la frente, ligero como una pluma.
«Quiero dormir un poco más», dijo Christina con voz arrastrada.
«He preparado el desayuno», la convenció Dylan. «No estará bueno frío. Vamos, levántate, lávate y luego puedes volver a dormir la siesta».
En cuanto oyó que había cocinado, Christina abrió los ojos de par en par y una sonrisa se dibujó en sus labios.
Aún aturdida, se estiró perezosamente y se giró para mirarlo. Allí estaba él, con ese rostro. Desproporcionadamente guapo, como si alguien hubiera esculpido cada detalle a mano.
Dylan captó su mirada, se inclinó y la besó suavemente.
«Abrázame», dijo Christina, sonriendo mientras extendía los brazos.
Desde que habían hecho oficial su relación, ella había empezado a mostrar más afecto sin siquiera pensarlo.
No lo entendía del todo, pero estar cerca de Dylan le hacía querer estar cerca de él.
Como si pudiera fundirse con él y quedarse allí para siempre. Nunca antes se había sentido así, nunca había querido apoyarse en alguien como se apoyaba en él.
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Pero en lo más profundo de su interior, los muros seguían ahí. Su pasado los había construido ladrillo a ladrillo, e incluso ahora, una parte de ella dudaba en dejarse llevar por completo.
Dylan la levantó y la abrazó con ternura, sonriendo suavemente.
Ahora estaban cerca, pero él sentía esa pared silenciosa e invisible entre ellos.
Quizás era la sombra persistente de su pasado, las cosas de las que aún no se había desprendido del todo.
Él lo sabía bien y, sinceramente, no le molestaba. Tenía todo el tiempo y la paciencia del mundo para ganarse su corazón poco a poco, con delicadeza.
Incluso si ese día nunca llegara, pasaría cada día demostrándole que había tomado la decisión correcta, simplemente al elegirlo a él. ¿Y sinceramente? Mientras ella se quedara con él, eso era suficiente. Que ella estuviera allí, eso lo era todo.
En la puerta del baño, Dylan se apoyó en el marco y observó a Christina cepillarse los dientes y lavarse la cara. No pudo evitar sonreír, simplemente contemplándola en silencio.
Momentos como este, tan pequeños, tan comunes, lo eran todo para él ahora.
Al sentir su mirada sobre ella, Christina se sonrojó.
Levantó una mano e intentó taparle los ojos, riendo.
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