De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1133
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Capítulo 1133:
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Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de Katie. Así que había malinterpretado la situación. Brendon no tenía intención alguna de traicionar a Yolanda. Yolanda siempre la había tratado bien. Estaba decidida a apoyar a Yolanda y no permitiría que nadie le hiciera daño.
En el hospital, Brendon abrió la puerta en silencio y entró en la habitación. El cuidador levantó la vista y les indicó que salieran un momento. Brendon se sentó con delicadeza en el borde de la cama. —Yolanda, ¿sigues despierta? —preguntó en voz baja.
«Mmm», murmuró Yolanda mientras se incorporaba y le rodeaba con los brazos. «Después de todo lo que has hecho por mí hoy, ¿cómo podría dormir ahora? Gracias, Brendon… Eres demasiado bueno conmigo».
Ella había visto su transmisión en vivo: él había suplicado a King durante horas que la tratara. Su devoción la conmovió y la hizo dudar un poco sobre su plan. Pero ese sentimiento no duró mucho. No había nada de malo en su ambición de ascender. Brendon era leal ahora, claro, pero ¿y más adelante? En una ocasión había considerado la idea de reconciliarse con Christina. Ella no era tan ingenua como para creer que sus sentimientos hacia ella nunca volverían a cambiar.
De repente, el teléfono de Brendon vibró. Respondió rápidamente. Al otro lado había una voz, monótona, mecánica, imposible de saber si pertenecía a un hombre o a una mujer. «Si puedes rezar en la cima más alta de Dorfield durante nueve días seguidos, King prolongará la vida de tu esposa».
Brendon abrió mucho los ojos. «Espera, ¿qué? ¿Hablas en serio?».
«Muy en serio. La noticia se hará pública mañana. Solo espera el anuncio».
«¡De acuerdo! ¡Iré enseguida! Solo espero que King cumpla su palabra».
«Por supuesto. Pero recuerda: esto solo prolongará su vida. No la curará».
Brendon dudó medio segundo y luego asintió. «Entendido».
Colgó, con el corazón acelerado: conmoción, alivio y esperanza, todo a la vez. Yolanda realmente tenía una oportunidad. La disposición de King a prolongar su vida era un buen comienzo. Seguramente, con el tiempo, vendría una cura completa.
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Yolanda aguzó el oído en cuanto oyó a Brendon mencionar a King. Una chispa de alegría le recorrió el pecho. ¿Podría funcionar realmente su plan? ¿Significaba eso que King había aceptado ayudarla? Se obligó a contener su emoción y, manteniendo un tono tranquilo, preguntó en voz baja: —Brendon… acabas de mencionar a King. ¿Significa eso que realmente lo has convencido?
«La perseverancia tiene su recompensa», dijo Brendon, casi rebosante de emoción. «King ha aceptado… prolongar tu vida».
—¿Prolongarla? —Yolanda frunció el ceño, sintiendo una oleada de decepción—. ¿No es una cura completa?
¿De qué servía prolongarla en lugar de curarla por completo? ¿No seguiría padeciendo el mismo dolor?
—Yolanda, piénsalo —la animó Brendon con delicadeza—. King ya ha accedido a intervenir. Quizá algún día, si está de buen humor, King te cure de verdad.
Yolanda le dio vueltas a sus palabras y pensó que tenía razón. Insistió: «Debe haber algún precio. ¿Qué pide King a cambio?».
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