De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1130
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Capítulo 1130:
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«Brendon, me duele mucho», susurró Yolanda apretando los dientes. Sus labios habían adquirido un tono pálido alarmante y el sudor frío le corría por la cara, lo que le daba un aspecto terrible.
«Aguanta, cariño. ¡Te llevaré al hospital ahora mismo!».
Brendon la cogió en brazos y salió corriendo de la habitación, con el corazón latiéndole con fuerza por el terror.
Lo único en lo que Brendon podía pensar era en encontrar a King, el misterioso sanador que tal vez pudiera salvar la vida de Yolanda. Nada más importaba en ese momento. El tiempo se agotaba más rápido que la arena en un reloj de arena, y Yolanda se debilitaba cada día más. Pero a pesar de todas sus búsquedas, todavía no había rastro de King por ninguna parte. ¿Cómo diablos iba a encontrar a King?
Horas más tarde, en el hospital, después de que el equipo médico le administrara un analgésico de emergencia, el sufrimiento de Yolanda finalmente comenzó a aliviarse.
«No sé cómo agradecértelo, Brendon», dijo Yolanda con una voz apenas audible.
«Ni se te ocurra darme las gracias. Ahora estamos casados, y eso significa que afrontamos todo juntos. Lo único que importa es que te vas a poner bien». Brendon sintió que su acelerado corazón comenzaba a calmarse poco a poco al ver que su respiración volvía a la normalidad.
«Brendon, ¿has encontrado algún rastro de King?», preguntó Katie con expresión tensa por la preocupación. «Si no localizamos a King pronto, Yolanda podría…». Se le hizo un nudo en la garganta y no pudo terminar la horrible frase.
El médico había sido brutalmente sincero con ellos: el estado de Yolanda se estaba deteriorando rápidamente y, si no encontraban pronto un tratamiento eficaz, podría colapsar y morir sin previo aviso.
Yolanda esbozó una débil sonrisa. —Por favor, no se preocupen por mí. Es solo lo que me ha deparado el destino. Mientras tenga a Brendon a mi lado, soy más feliz de lo que jamás imaginé que podría ser.
Sin embargo, en su interior, Yolanda gritaba de frustración. ¿Por qué tardaban tanto en encontrar a King? Si no localizaban pronto a ese sanador, ella moriría de forma lenta y dolorosa. ¿Estaba Brendon retrasando deliberadamente la búsqueda? Quizás esperaba en secreto que ella muriera para poder dejar al mundo la impresión de ser un viudo devoto que había intentado todo para salvar a su amada esposa en vano, y luego volver con Christina.
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—Te doy mi palabra de que encontraré a King y te conseguiré el tratamiento que necesitas —dijo Brendon con feroz determinación.
Yolanda sintió una sonrisa amarga retorciéndose en su pecho, aunque mantuvo la mirada baja para ocultar el destello de resentimiento. Brendon siempre hacía grandes promesas y siempre acababa decepcionándola. Hablaba mucho, pero nunca cumplía, dejándola sufrir en agonía mientras él desempeñaba el papel de marido cariñoso. Qué fracaso de hombre.
Por supuesto, Yolanda solo podía expresar estas duras críticas en la intimidad de su mente. Nunca se atrevería a decirlas en voz alta. Al fin y al cabo, Brendon era el único salvavidas que le quedaba.
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