De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1107
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Capítulo 1107:
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Brendon no esperaba que su hermana soltara eso tan de repente, pero no le echó la culpa. En cambio, sus ojos buscaron inmediatamente la reacción de Christina. La respuesta de Christina fue distante, como si no hubiera oído nada más que una charla ociosa.
Estaba lejos de ser la reacción que Brendon había deseado, y una ola de decepción lo invadió.
Pero ese sentimiento se desvaneció rápidamente cuando se recompuso. Quizás solo estaba fingiendo, ocultando su dolor bajo una máscara de indiferencia. Solo ese pensamiento le devolvió el ánimo.
—Voy a ser clara: no asistiré a tu boda —declaró Bethel con expresión severa.
—Abuela, ¿por qué sigues teniendo prejuicios contra Yolanda? —preguntó Katie, con voz aguda por la ira, incapaz de comprender el punto de vista de su abuela.
—Tonta, es probable que te pongas del lado de la persona que te ha engañado —la reprendió Bethel sin miramientos.
—¡Abuela! —Katie se puso de pie, furiosa—. ¡No tienes por qué llamarme tonta solo para defender a una forastera!
—¡Ja! —Bethel se burló—. Llamarte tonta es quedarse corta.
Ser reprendida tan duramente por su abuela, y nada menos que delante de Christina, dejó a Katie ardiendo de humillación.
—He perdido el apetito. ¡He terminado! —espetó Katie, tirando el tenedor y el cuchillo antes de marcharse enfadada.
«Pues no comas. Solo sería un desperdicio contigo», replicó Bethel con tajante firmeza.
Con los ojos ardientes de furia, Katie aceleró el paso y desapareció del comedor en cuestión de segundos.
Bethel sintió un peso sofocante en el pecho y el corazón encogido por la frustración. ¿Cómo era posible que su linaje hubiera engendrado descendientes tan necios? Uno tras otro, todos habían caído víctimas de las intrigas de Yolanda.
«Abuela, es mi boda. Si te niegas a asistir, ¿qué pensará la gente? Ya te saltaste mi banquete de compromiso…», dijo Brendon, aunque su mirada no dejaba de dirigirse hacia Christina, evaluando su respuesta.
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Sin embargo, Christina se mantuvo distante, comportándose como si no le importara en absoluto.
«Asistiría a tu boda sin importar quién fuera la novia, excepto Yolanda. Eso no va a cambiar», declaró Bethel con firmeza.
Bethel intuyó que confiar en Christina había sido la decisión más acertada. Si Brendon se aferraba a Yolanda, tarde o temprano, la fortuna de los Dawson acabaría en manos de Yolanda.
—Katie no se equivocaba; tu prejuicio contra Yolanda es demasiado profundo —argumentó Brendon, mirando a Christina con un destello de algo que él mismo no reconocía como anticipación—. Christina, ¿crees que debería seguir adelante con este matrimonio?
Christina había estado haciendo todo lo posible por mantenerse al margen, pero se sorprendió cuando la conversación se centró de repente en ella. Con lánguida tranquilidad, levantó los ojos y miró a Brendon a los ojos. —Si quieres casarte con ella, cásate con ella. ¿Qué me importa a mí? No soy tu madre.
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