De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1082
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Capítulo 1082:
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«Sí, yo también puedo verte», respondió Christina con una suave sonrisa.
Dylan ladeó ligeramente la cabeza, con un tono de voz teñido de curiosidad juguetona. «Chrissie, ¿por qué has tardado tanto en responder a mis mensajes?».
Su expresión de desconcierto era casi demasiado entrañable de soportar. Christina respondió con ligereza: «Estaba ocupada».
«¿Qué era?», insistió Dylan, con los ojos llenos de curiosidad.
Christina cambió rápidamente de tema. «Nada importante. Déjame mostrarte la boda, aquí hay mucho ambiente».
Con eso, giró la cámara hacia atrás, ofreciéndole una vista de las bulliciosas festividades.
«No quiero verlos. Quiero verte a ti», dijo Dylan, con expresión suave y suplicante.
«¿No dijiste que querías ver la boda?», preguntó Christina, frunciendo ligeramente el ceño. ¿No había insistido en acompañarla para presenciar el ambiente de la boda? ¿Por qué ese cambio repentino?
«Tú eres una vista más hermosa. Solo quiero mirarte a ti», insistió Dylan con firmeza.
Sin otra opción, Christina volvió a enfocar la cámara hacia sí misma. En cuanto Dylan volvió a ver su rostro, su mirada afligida se transformó al instante en una sonrisa radiante.
Después de charlar un rato, Christina finalmente terminó la llamada y volvió a centrar su atención en la boda.
Cuando Christina regresó y salió del coche, Dylan corrió hacia ella.
«Has vuelto, Chrissie». Dylan se inclinó ligeramente, la abrazó con fuerza y apoyó la barbilla en su hombro. «Chrissie, te he echado mucho de menos».
Dylan se dio cuenta de que hacerse el tonto tenía sus ventajas. Le daba la libertad de mostrar abiertamente su anhelo sin restricciones, y Christina no lo encontraría extraño en absoluto. Si pudiera, habría seguido fingiendo para siempre. Pero en el fondo, sabía que no podía durar. Tarde o temprano, cometería un desliz y, una vez que Christina descubriera su farsa, se enfadaría muchísimo. Sabía que tenía que volver pronto a ser él mismo, aunque no quería.
Al pensarlo, Dylan apretó más fuerte a Christina, acercándola aún más a él.
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—¡Eh, eh, eh! ¡Pequeño tonto! ¡Quítale las manos de encima! —Robin dio un paso adelante y apartó a Dylan de Christina, con evidente enfado en su rostro—. Ahora mismo no pareces muy tonto. De hecho, me pareces bastante astuto. —Robin miró a Dylan con recelo, sin saber que su suposición era acertada.
—Da mucho miedo —dijo Dylan en tono burlón, agachándose detrás de Christina como si se escondiera.
—¡Robin, estás siendo malo! ¿Intimidando así a mi hermano? Espera y verás, cuando vuelva a ser él mismo, quizá seas tú quien tenga problemas —le regañó Chloe, poniendo las manos en las caderas y hinchando las mejillas con indignación.
—¿Yo, acosándolo? ¡Por favor! —se burló Robin. Sin embargo, en su corazón, admitió que efectivamente estaba aprovechando la oportunidad para bromear con Dylan. Después de todo, Dylan era el hombre que una vez había estado en la cima, fuera del alcance de casi todos. Si no aprovechaba el momento ahora, tal vez nunca tendría otra oportunidad.
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