De Exesposa Humilde a Magnate Brillante - Capítulo 1025
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1025:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Tras soltar un suspiro de cansancio, Brendon finalmente se giró y abrazó a Yolanda, suavizando el tono de su voz. «Siento haber sido impaciente contigo antes».
«No pasa nada. Entiendo que estés enfadado. Si te ayuda, haré lo que necesites. No me importa tu mal genio»,
dijo Yolanda, enterrando la cara en su pecho. Se aferró a él con fuerza, como si nunca fuera a soltarlo.
Brendon sintió una punzada de remordimiento en el pecho. ¿Cómo había podido tratar tan mal a Yolanda, solo por culpa de una mujer voluble como Christina? Yolanda era amable, considerada y infinitamente elegante, y siempre anteponía las necesidades de él a las suyas. La había maltratado antes.
«Lo siento, Yolanda. Cuando volvamos, empezaremos a planear la boda»,
dijo Brendon en voz baja, con ternura en el tono.
«¿De verdad?».
Yolanda levantó la mirada hacia él, con los ojos brillantes de lágrimas y nostalgia.
Al encontrarse con su mirada sincera, Brendon sintió que el peso de la culpa se apoderaba de su corazón. Nunca debería haber dejado que sus afectos se desviaran; no podía traicionar a alguien tan bueno como Yolanda.
«Sí. Mantendré mi palabra»,
murmuró, atrayéndola hacia él en un fuerte abrazo, como si sellara su promesa con sus brazos.
Aun así, sus pensamientos se desviaron y sus ojos se desviaron hacia el camino por el que Christina había desaparecido. Se había marchado sin siquiera mirar atrás. ¿Se arrepentiría cuando se enterara de su inminente matrimonio?
Mientras ese pensamiento le rondaba la cabeza, Brendon añadió con firmeza: «Yolanda, cuando volvamos, haré un gran anuncio. Todo el mundo sabrá que me voy a casar contigo, el amor de mi vida».
Aunque las palabras sonaban como una promesa para Yolanda, resonaban igual de fuerte como un recordatorio para él mismo.
ᴄσɴᴛᴇɴιᴅσ ᴄσριᴀᴅσ ԁᴇ ɴσνєʟαѕ4ƒαɴ.çøm
«Por fin me voy a casar contigo, Brendon. Estoy tan feliz. Te quiero tanto»,
Yolanda susurró con una dulce sonrisa, aunque por dentro dejó escapar un silencioso suspiro de alivio. Mientras se asegurara el matrimonio, no importaba que otra mujer siguiera presente en su corazón.
Lo que más deseaba era su riqueza y sus contactos. Necesitaba asegurarse el tratamiento de King para su enfermedad y ansiaba la fortuna que le reportaría ser la esposa de Brendon.
Christina había sido tan tonta como para marcharse con una modesta indemnización. Yolanda nunca cometería ese error. Si alguna vez se divorciaba, se aseguraría de reclamar la mitad de la fortuna de la familia Dawson. Bajo ninguna circunstancia sería tan tonta como Christina.
Cuando Christina regresó, Dylan ya había sido trasladado a una sala VIP. Sus heridas eran en su mayoría superficiales, aparte de una conmoción cerebral más grave.
Una vez que recuperara la conciencia, tendría que permanecer en el hospital en observación durante algún tiempo.
Después de que todos se hubieran ido, Christina se quedó sola en la habitación con él. La herida de Dylan en la cabeza había sido tratada y vendada, pero él seguía sin moverse.
De pie junto a la ventana, sacó su teléfono y llamó a Davina. «Davina, tardaré un rato en volver. Por favor, pasa más tiempo con Bethel. Sí, lo sé, yo me cuidaré. Tú también debes hacerlo».
.
.
.