Cariño, dèjalo y ven conmigo - Capítulo 910
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Capítulo 910:
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«Nunca fuimos tan íntimos y ahora tengo un marido que es bastante celoso. Quiero que sea feliz todos los días. Tu presencia solo le molestaría».
Daniela miró a Alexander. «Nadie quiere ver el rostro de su amado en otra persona. Mi marido puede que sea indulgente, pero yo no. Creo que todo lo relacionado con mi marido debe ser exclusivo para él».
Alexander sintió una punzada de dolor al oír sus palabras. Esbozó una débil sonrisa. «Daniela, ¿recuerdas cómo solías defenderme? Me hacías regalos únicos para mi cumpleaños, insistiendo en que tenían que ser exclusivos». Ahora, esos sentimientos se estaban utilizando para defender a otro hombre, y eso entristeció a Alexander.
«Pero no pasa nada. Tenemos un largo futuro por delante», dijo.
La expresión de Daniela mostraba su creciente impaciencia.
Alexander metió la mano en el bolsillo y sacó un dispositivo de transferencia bancaria. Daniela lo miró con recelo. «¿Qué es esto?».
Alexander le explicó: «Daniela, quizá ya no sientas nada por mí, pero sigues siendo la única en mi corazón. No voy a vivir en el pasado. Solo te pido un lugar en tu futuro. Este dispositivo te permite acceder a los fondos del Grupo Fairburne cuando lo necesites. Sé que la asociación te tiene en el punto de mira. No conozco tu estrategia actual, pero el dinero siempre viene bien. Podría ayudarte a llevar a cabo cualquier plan que tengas».
Alexander hablaba con sinceridad, pero Daniela se mantuvo impasible.
—Alexander, no lo necesito.
—¿Tienes que ser tan terca?
Alexander frunció el ceño. —Entiendo que sigas enfadada conmigo, pero dejemos el pasado atrás. ¿Por qué arriesgar tu negocio solo para fastidiarme? La asociación te está planteando un serio desafío. Este dinero podría mantener tus operaciones en marcha. Si las cosas se ponen realmente mal, podrías trasladar tu empresa al extranjero. Además, he hablado con Hackett antes de venir aquí. Ha accedido a darte un día para retirarte del mercado nacional. Me lo ha prometido y cumplirá su palabra. Daniela, piénsalo. Has conseguido mucho como mujer en este entorno tan difícil. No apuntes demasiado alto. He sido testigo de tus esfuerzos y los reconozco. ¿No podemos dejarlo así?».
Las palabras de Alexander eran sinceras y emotivas. «Daniela, por favor, vuelve conmigo. Te valoraré. Empecemos de nuevo, ¿quieres?».
Daniela permaneció en silencio, con una emoción que era puro disgusto. «Alexander, ¿estás seguro de que te estás confesando a la persona adecuada? Estoy casada. ¿De verdad estás intentando conquistarme? ¿Te gusta ser un rompehogares?».
Alexander levantó la cabeza bruscamente, con los ojos nublados por el dolor bajo el ala del sombrero.
—Además, Alexander, nunca me has entendido de verdad —añadió Daniela.
Atónito, Alexander protestó: —¡No puede ser! Daniela, nos conocemos desde hace años. ¿Cómo es posible que no te entienda?
«¿De verdad crees que me conoces? No soy el tipo de persona que se queda anclada en el pasado, ya sea en personas o en cosas. Me casé con Cedric porque lo amo de verdad. ¿Nunca te has preguntado cómo es que siempre sé que tú no eres Cedric?».
«¿Por qué?», preguntó Alexander, clavando la mirada en ella.
—Porque lo amo. La primera pista fue una cicatriz. Luego, había un hábito tuyo que no coincidía. Y con el tiempo, incluso el más mínimo gesto tuyo era suficiente para que yo reconociera que no eras Cedric.
Los ojos de Alexander se abrieron de par en par por la sorpresa. —¿Una cicatriz? ¿Dónde? ¡No puede ser! ¡El cirujano plástico se aseguró de que fuera una réplica exacta de Cedric, hasta el más mínimo detalle!
Daniela suspiró y negó con la cabeza. Había dicho mucho, pero él solo se aferraba a lo que le convenía.
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Nota de Tac-K: Buen día lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. ദ്ദി(˵ •̀ ᴗ – ˵ ) ✧
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