Cariño, dèjalo y ven conmigo - Capítulo 897
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Capítulo 897:
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Hackett, sin embargo, mantuvo intacta su sonrisa. —En efecto, fue todo un espectáculo. Daniela tiene una determinación asombrosa y sus estrategias son brillantes.
Oír a Hackett elogiar a Daniela provocó una oleada de satisfacción en Richard, cuyo pecho se hinchó de orgullo.
—Pero… —La mirada de Hackett se deslizó por la habitación y su sonrisa se apagó lentamente—. ¿No está siendo un poco demasiado llamativa?
Richard mantuvo la voz tranquila. —Si tiene talento, ¿por qué tiene que mantener un perfil bajo?
—Es cierto, pero ha estado actuando con demasiada audacia. Al fin y al cabo, solo es una mujer. Por muy hábil que sea, debería tener cuidado de no meterse directamente en una tormenta, ¿no crees?
—Exacto. —Alguien soltó una risita—. Por muy inteligente que sea, sigue siendo solo una persona. Richard, he oído que se rumorea que Daniela podría reconciliarse con tu hijo. Si es cierto, déjame darte un consejo. Crear una empresa es difícil, pero protegerla es aún más difícil. No dejes que su audacia ponga en peligro el futuro de tu familia.
Alguien cercano soltó una risita. —Los veteranos hemos mantenido las distancias por respeto. Pero si actuáramos al unísono, ¿de verdad crees que Daniela podría mantenerse firme? Hemos sido generosos con los jóvenes, pero ella se comporta como si fuera intocable.
Hackett sonrió aún más al ver que Richard fruncía el ceño.
Su voz seguía siendo ligera, pero el peso que había detrás era inconfundible. —Solo nos preocupa el futuro de Alexander. La familia Bennett ya ha pasado por muchas dificultades. Tú, más que nadie, sabes lo que es luchar contra la adversidad. ¿De verdad quieres que tu hijo y su futura esposa sigan por ese mismo camino traicionero?
La mirada de Richard titiló con una mezcla de emociones, sin que su rostro delatara nada.
Hackett se inclinó hacia él y le habló con voz suave y persuasiva. —Le estamos haciendo una invitación sincera a Daniela para que se una a nuestra asociación. Si acepta, la familia Bennett también podrá unirse. Seríamos una gran familia. ¿No le parece ideal? ¿Por qué seguir enfrentándose? ¿No es más inteligente unir nuestras fuerzas y ganar dinero juntos?
Mientras hablaba, Hackett le sirvió una taza de café a Richard, con una sonrisa aún más amplia. —Piénsalo, ¿quieres? ¿De verdad Daniela puede enfrentarse sola a todos nosotros? ¿Y qué gana ella con eso?
Richard respiró hondo, con la mente llena de pensamientos. No estaba seguro de cuál era el objetivo final de Daniela, pero tenía que admitir que Hackett tenía razón.
Las ganancias eran la prioridad. Provocar hostilidad a diestra y siniestra tampoco sería bueno para Alexander. Si Daniela se casaba con alguien de la familia Bennett, sus enemigos se convertirían inevitablemente en los suyos.
El ceño de Richard se frunció aún más bajo el peso del dilema.
Al notar su vacilación, Hackett esbozó una leve sonrisa y le dio una palmada en la mano.
—Una cosa más, Richard. No lo había mencionado antes, pero ya que estamos teniendo una conversación tan productiva hoy, te lo diré ahora. El enfoque autoritario de tu futura nuera podría empezar a minar tu autoridad dentro de la familia.
Richard abrió los labios para responder, pero Hackett lo interrumpió con una sonrisa cómplice. —Lo entiendo, no te importa. Pero como padre, ¿de verdad te parece bien que tu hijo siempre esté a la sombra de una mujer? Si tú y Daniela os unís a nuestra asociación, aquí todos somos hombres razonables. Si surge alguna disputa en tu familia, estaremos ahí para respaldarte y mediar a tu favor. ¿No te parece una buena solución?
Las palabras de Hackett parecieron aliviar la carga que pesaba sobre la mente de Richard. Sus cejas se relajaron lentamente. «Está bien. Hablaré con ella. Daniela ha ido demasiado lejos esta vez. Todos formamos parte del mismo círculo, no hay razón para este tipo de hostilidad. No hay necesidad de hacernos la vida más difícil unos a otros».
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