Cariño, dèjalo y ven conmigo - Capítulo 787
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 787:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Natalie se volvió y entrecerró los ojos ante el feo rostro que tenía delante. «Pasa una noche conmigo y será todo tuyo, Natalie».
Natalie se burló y levantó la barbilla desafiante. «¡Qué chiste! Linden, ¿crees que vendería mi dignidad por cinco millones? Patético».
Linden observó a Natalie retirarse con fría diversión.
Se comportaba con orgullo. Sin embargo, se sintió atraído por ese orgullo.
Pensó que sería fascinante verla someterse algún día.
Una sonrisa oscura y retorcida se dibujó en el rostro de Linden.
Natalie nunca pensó que perdería el sueño por cinco millones, y mucho menos que pediría prestado a sus amigos.
Todos evitaron el tema, dejando a Natalie hirviendo de frustración. Al final, no podía contar con ninguno de ellos.
—Natalie, nosotros también estamos sin blanca. Nuestras pagas apenas nos dan para vivir. Pero hay una forma de ganar dinero rápido. ¿Te interesa?
Natalie miró a su amiga con escepticismo. —¿Cómo?
—Asistiendo a esas fiestas exclusivas que organizan los ricos y quedándote allí tres días y tres noches. Cien mil dólares por noche.
Natalie se burló. «Así que, básicamente, venderte. Esos hombres son asquerosos. Te masticarán y te escupirán».
Natalie se comportaba con aire de superioridad, creyendo que la virtud no tenía precio. Hombres como esos solo podían soñar con tocarla. Si pensaban que podían acercársele, se…
«Más vale que empieces a soñar».
«Te tienes en muy alta estima, pero ¿quieres el dinero?», espetó su amiga. «Si estás dispuesta a ir, me aseguraré de que te ofrezcan más dinero. Natalie, con tu aspecto, ganarías el doble. Es un desperdicio no aprovecharlo».
Natalie escupió con voz gélida. «No voy a rebajar mis principios entreteniendo a hombres».
Nacida en la alta sociedad, lo había visto todo. Se negaba a rebajarse a esas reuniones decadentes en las que los ricos se deleitaban en su indulgencia y depravación.
Natalie se alejó con paso firme, con el rostro decidido, mientras su amiga observaba su figura que se alejaba con una sonrisa amarga, casi despectiva.
«Al final volverás arrastrándote», murmuró.
La desesperación llevó a Natalie a buscar a Cedric.
Se plantó ante él, con la cabeza gacha y mordiéndose el labio. —Cedric, tengo un problema. Necesito que me prestes dinero. Por favor.
Se colocó en la entrada del edificio Elite Lux, bloqueando el paso a Cedric. Vestida con un atrevido vestido de noche escotado y con una abertura hasta el muslo, desprendía un aire de encanto y seducción.
Natalie había tomado una decisión.
Si tenía que cruzar esa línea, tenía que ser con alguien tan atractivo como Cedric, no con un hombre calvo y barrigón.
Se convenció a sí misma de que acostarse con Cedric sería una gran victoria.
Cedric frunció el ceño, con una expresión de repulsión en el rostro.
«Cedric, soy virgen. Podrías ser el primero. Enséñame y guíame en la cama».
El rostro de Natalie tenía un encanto delicado e inocente que atraía la atención sin esfuerzo. Sabía exactamente cuándo se mostraba más cautivadora.
.
.
.