Cariño, dèjalo y ven conmigo - Capítulo 735
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Capítulo 735:
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«No es nada ilegal».
Daniela pensó por un momento.
Entonces, escribió rápidamente algunos comandos en su ordenador y, en cuestión de segundos, obtuvo acceso a la cuenta de la otra persona. Descubrió que el único contacto que tenían era el hombre, sin ningún otro dato personal que pudiera ser útil.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Daniela.
Sin duda eran cautelosos. Echó un vistazo al escaso historial de conversaciones y, una vez más, volvió esa sensación de familiaridad.
Justo cuando estaba a punto de buscar en su teléfono cualquier conexión, alguien llamó a la puerta del baño.
—Cariño, ¿has terminado?
Daniela miró hacia la puerta y respondió: —Casi.
—¡Vamos, date prisa! Hoy he aprendido una nueva técnica de masaje. Es muy buena.
Daniela sonrió, cerró el portátil, se dio una ducha rápida y salió del baño.
Incluso después de todo este tiempo, a Cedric le seguía encantando pasar cada momento con Daniela.
Cuando ella salió del baño, Cedric ya estaba allí, con su alegre sonrisa en marcado contraste con el serio director general que era en el trabajo.
«¿Por qué has tardado tanto hoy?», preguntó.
«Me he quedado en el baño un poco más».
Cedric acercó a Daniela, la abrazó y apoyó la cabeza en su cuello. Su voz era baja y ronca mientras susurraba: «Cariño, tengamos un bebé. ¿Qué te parece?».
Daniela se sobresaltó y su cuerpo tembló de sorpresa.
«¿Qué?».
Su reacción hizo que Cedric retrocediera, sintiendo que algo no iba bien.
«¿Por qué? ¿No quieres tener un hijo conmigo?».
Desde su última discusión, Cedric había aprendido algo importante sobre Daniela.
Sabía que no podía ser más despiadado que ella, pero también sabía que si era amable con ella, le resultaría difícil decir que no.
Recientemente, se había encontrado con un dicho que le había llegado al corazón.
«Para mantener a una mujer a tu lado de por vida, tener un hijo es esencial». Estaba totalmente de acuerdo con ello y ahora estaba decidido a hacerlo realidad.
Ansiaba tener un hijo con Daniela, creyendo que eso garantizaría que la mejor persona del mundo, Daniela, estaría siempre a su lado.
Más tarde esa noche, Daniela se sintió completamente agotada. Normalmente estaba en plena forma, pero incluso ella se sentía abrumada por la intensidad de su intimidad.
Justo antes de perder el conocimiento, miró a Cedric a través del suave resplandor de la lámpara de la mesita de noche.
Sus abdominales estaban resbaladizos por el sudor, su cintura en forma de V y tonificada destacaba en la tenue luz.
Su intensa mirada se fijó en la de ella cuando sus labios se encontraron con los de ella, y en ese momento, Daniela no pudo evitar preguntarse si Cedric estaba realmente centrado en tener un bebé con ella, o si su objetivo era simplemente agotarla por completo.
Daniela había pasado todo el día durmiendo.
Al despertar, miró instintivamente su teléfono.
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