Cariño, dèjalo y ven conmigo - Capítulo 1033
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1033:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La sonrisa burlona de Hackett se convirtió en una mueca de desprecio. —¿Daniela? ¿A pesar de su riqueza, es vulnerable?
—Todo el mundo tiene una debilidad —replicó Alexander, con tono frío y deliberado.
Hackett fijó su intensa mirada en Alexander. —¿Por qué revelas esto ahora? ¿No has sido siempre el defensor de Daniela? ¿Qué ha cambiado para que hoy me estés ayudando?
Los ojos de Alexander se desviaron hacia la ventana, observando la lluvia que caía sin cesar.
Solía pensar que había mucho tiempo. Había albergado el sueño de que Daniela acabaría reconociendo su devoción, que vería hasta dónde había llegado para recuperar su afecto.
Sin embargo, se dio cuenta de una dura realidad: sus esfuerzos eran en vano. Daniela seguía adelante con su vida, su vínculo con Cedric se hacía cada vez más fuerte, tan perfectamente compenetrados que parecía que estaban destinados a estar juntos toda la vida.
Ella seguía ajena a sus anhelos.
La frustración lo carcomía. ¿Qué más podía intentar?
La desesperación nublaba sus pensamientos.
Decidió que si no podía elevarse a su nivel, tendría que bajarla al suyo. Quizás entonces ella se fijaría en él y reconocería lo mucho que estaba dispuesto a hacer, incluso arriesgar su propia vida por un momento de su atención.
Sin embargo, Alexander ocultó estos pensamientos a Hackett.
Con tono gélido, declaró: «En realidad no tienes elección, ¿verdad?».
Los ojos de Hackett se encontraron con los de Alexander, y allí vio una determinación escalofriante y letal. A regañadientes, cedió: «Está bien, escuchémoslo».
Estaba realmente acorralado; su empresa se tambaleaba al borde del colapso financiero.
Alexander se inclinó hacia él y le dijo en voz baja: «Daniela es fuerte, pero esconde un miedo profundo que ninguno de vosotros ha notado. Una vez que comprendáis ese miedo, la tendréis bajo vuestro control».
Una chispa de esperanza brilló en los ojos de Hackett. «¿Y qué es lo que la aterroriza?».
Alexander sonrió y dijo: «Tiene miedo a las alturas».
La revelación le trajo a la mente un recuerdo inquietante: Daniela solo tenía cinco años cuando vio a su madre saltar desde un edificio. El horror de aquel momento se había arraigado profundamente en ella, dejándola con una aversión vehemente a las alturas. A pesar de la década que pasó albergando sentimientos por él, nunca había logrado superar esta fobia tan arraigada.
Muchas personas nunca logran superar esas barreras psicológicas en toda su vida.
Al oír esto, Hackett se dio una palmada en la frente al darse cuenta. «¡Debería haberlo visto venir! ¿Recuerdas cuando Huey saltó del edificio? No entendía por qué Daniela se había quedado dentro todo el tiempo. No fue hasta que Cedric rescató a Huey que ella salió corriendo, ¡solo para volver rápidamente una vez que Cedric estaba fuera de peligro!».
Alexander respondió: «Aprovechando la vulnerabilidad de Daniela, podrías manchar la imagen pública de Elite Lux. Con sus ventas en declive, tu empresa prosperaría e incluso podrías asegurarte la presidencia de la asociación». Ante la sugerencia de Alexander, los ojos de Hackett brillaron con expectación.
.
.
.