Cariño, dèjalo y ven conmigo - Capítulo 1002
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1002:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Si tiene alguna duda más adelante, no dude en llamarme. Ha sido un placer atenderle y esperamos volver a verle».
El médico observó cómo el coche de Alexander se alejaba poco a poco. Murmuró: «Mi deseo está a punto de hacerse realidad. No tardaré mucho en volver a ver a este prestigioso cliente».
Alexander regresó al campo sin demora. Durante todo el vuelo, miró con frecuencia su reflejo en un pequeño espejo de mano.
Una azafata parecía observarlo con atención. Cuando Alexander le lanzó una mirada de desaprobación, ella se acercó sin dudarlo. Sus ojos, muy abiertos y brillantes de admiración, revelaban su emoción.
«¡Sr. Phillips! ¿Es usted realmente?».
Alexander se dio cuenta de repente de que la azafata lo había confundido con Cedric. Aun así, no pudo evitar disfrutar en silencio de la admiración equivocada.
Dejó a un lado el espejo y enderezó la postura. «Sí, soy yo. ¿Lo sabe…?».
«¡Por supuesto!», respondió ella, tratando de contener su emoción. «Soy su mayor admiradora. He visto sus entrevistas en el canal financiero muchas veces. Es una pena que haya dejado de aparecer en él».
Con una sonrisa serena, Alexander respondió: «El trabajo me ha tenido muy ocupado». La azafata asintió con la mirada fija en Alexander, con admiración descarada.
Otros pasajeros comenzaron a darse cuenta y lanzaron miradas de admiración en dirección a Alexander. Recibió un servicio ejemplar durante el resto del vuelo. Al aterrizar, la azafata le pidió un autógrafo e incluso le dejó sus datos de contacto, con la esperanza de volver a verle.
Con una leve sonrisa, Alexander le entregó un papel con la información de contacto de Cedric y salió del aeropuerto muy animado.
Esa noche, la azafata le envió un mensaje a Cedric.
«Hola, Cedric, ¿puedo usar tu teléfono para crear una nueva cuenta en un juego?», preguntó Ryan, justo cuando Cedric estaba pelando una naranja para Daniela. Sin detener lo que estaba haciendo, Cedric le pasó el teléfono a Ryan.
Cuando Ryan desbloqueó el dispositivo, una notificación de mensaje llamó su atención. La curiosidad pudo más que él y pulsó sobre ella. Una foto se cargó en la pantalla.
Cuando Daniela terminó de comerse la naranja, Ryan seguía en la misma posición, sosteniendo el teléfono.
—¿Ryan?
Ryan no respondió.
Lillian le dio un suave empujón y Ryan finalmente se volvió hacia Cedric.
Cedric, ocupado poniéndole los calcetines a Daniela, comentó: «Hace frío. Tienes que ponerte calcetines. Subamos ahora».
Daniela se resistió, negando con la cabeza, pero Cedric la cogió en brazos.
Mientras se alejaba, dijo: «Ryan, dame el teléfono».
Ryan le pasó el teléfono a Cedric, sin apartar la mirada de su rostro.
Sin darse cuenta de la intensa mirada de Ryan, Cedric se centró únicamente en Daniela.
Más tarde, después de atender sus propias necesidades, Cedric entró en la habitación y encontró a Daniela ya dormida.
.
.
.