Sinopsis
Cariño, dèjalo y ven conmigo.
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Cariño, dèjalo y ven conmigo – Inicio
El día en que las familias Bennett y Harper se unieron en matrimonio, los cielos parecieron desatar su furia, tiñendo el firmamento con el carmesí intenso de las llamas rugientes.
Daniela Harper, ataviada con sus mejores galas de boda, observaba desesperada cómo su novio, Alexander Bennett, arropaba heroicamente a Joyce Holt en sus brazos y se abría paso a través del calor abrasador, sin mirarla ni una sola vez.
Atrapada bajo un enorme biombo caído, Daniela quedó inmovilizada por su peso, con los ojos llenos de lágrimas de frustración y miedo.
El aire estaba cargado de humo acre y, mientras Daniela luchaba por respirar, las sombras de la inconsciencia comenzaron a nublar su visión. El sombrío pensamiento de perecer en las llamas le carcomía la mente.
Sin embargo, justo cuando la esperanza parecía desvanecerse, una figura emergió a través del humo.
Unos brazos fuertes la levantaron sin esfuerzo, y el golpe firme y tranquilizador del latido del corazón de su salvador contra su oído le aportó un extraño consuelo en medio del caos.
De repente, un silbido penetrante cortó los sonidos amortiguados de la destrucción.
El inconfundible y horrible olor a carne quemada asaltó sus sentidos. Con el corazón latiendo con una mezcla de miedo y confusión, Daniela reunió fuerzas para abrir los ojos, solo para encontrarse con un velo de humo sofocante que le oscurecía la visión y aumentaba su terror.
Mientras tanteaba a ciegas en la oscuridad, sus dedos rozaron algo pegajoso e inquietante. Instintivamente, el hombre que soportaba su peso retrocedió, pero pronto se relajó, permitiendo que sus manos exploraran sin restricciones.
El viento le gritaba en los oídos, implacable y escalofriante.
Poco a poco, el calor feroz que le había abrasado el rostro comenzó a disiparse.
Luchando contra la pesadez de sus párpados, se esforzó por identificar a su salvador.
A través del humo arremolinado que nublaba su visión, vislumbró un lunar distintivo cerca del ojo del hombre, un lunar que despertó en ella una vaga sensación de reconocimiento.
Cuando los límites de su conciencia comenzaron a desdibujarse una vez más, Daniela oyó una voz suave que se abría paso a través del aullido del viento.
—Señor, la ambulancia ha llegado. La familia Harper ya está a bordo. Debemos ponernos en marcha de inmediato.
Su brazo requiere atención urgente y, además, hoy es el día de la boda de la señorita Harper. Si la gente la ve con otro hombre, será la comidilla de la ciudad».
Daniela se despertó de su inquieto letargo en los austeros y gélidos confines de una sencilla sala de hospital.
La luna se alzaba imponente en el exterior, bañándolo todo con su fantasmal y sombría luz. La habitación estaba envuelta en silencio, desprovista de la presencia de su recién casado marido.
Sus heridas eran graves: una costilla rota y un corte profundo y desigualmente cicatrizado estropeaban su mejilla izquierda. El médico le había advertido que, sin un cuidado meticuloso, la herida podría dejarle una cicatriz permanente en la cara.
Al amanecer, el médico volvió para evaluar su estado.
Mirando alrededor de la habitación vacía, preguntó: «¿Dónde está tu familia?».
Daniela sacudió la cabeza con una sonrisa amarga. Había intentado localizar a Alexander muchas veces, pero no había respondido.
Exhalando un suspiro, el médico le aconsejó: «Intente permanecer quieta; moverse demasiado podría empeorar sus heridas. Si no hay nadie que la ayude, le conseguiré un cuidador».
En ese momento, una joven enfermera intervino: «¿No es usted la novia del incendio que fue noticia? ¿No está su marido aquí con usted?».
La conversación llamó la atención de la enfermera jefe, que tosió levemente, haciendo un gesto para silenciar a su colega. Inclinándose, murmuró: «En realidad está arriba, atendiendo a otra persona».
La joven enfermera abrió los ojos con incredulidad.
«¿Qué? ¡Pero la chica solo tiene un rasguño en la mano!». Daniela era la que necesitaba cuidados desesperadamente.
La enfermera jefe negó con la cabeza.
– Continua en Cariño, dèjalo y ven conmigo capítulo 1 –