Atraído por mi mujer de mil caras - Capítulo 1142
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Capítulo 1142:
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Organizó meticulosamente la redada, con el objetivo de sorprender a Cartwright sin revelar el elemento sorpresa.
Pero Cartwright resultó más escurridizo de lo esperado. Cuando Connor y su equipo irrumpieron por las puertas de Spring Villa, se encontraron con un silencio inquietante. El lugar estaba completamente desierto.
El café aún humeante sobre la mesa era la única señal de vida reciente. Estaba claro que Cartwright había huido momentos antes de que llegaran. Los bien trazados planes de Connor se habían quedado cortos, y el aguijón de este fracaso alimentó su frustración.
En un ataque de rabia, dio una patada a la mesa de café y le gritó a Domenic: «Averigua de quién es este sitio».
«Entendido, señor Daniels», respondió Domenic, poniéndose en marcha. La investigación fue rápida.
La villa estaba registrada a nombre de Jerry Natt, un antiguo empresario de poca monta que se había mudado al extranjero hacía años y no había vuelto a mirar atrás. Era obvio que Jerry no era el verdadero propietario de la villa, sino solo una pantalla de humo.
Una propiedad que valía miles de millones estaba fuera del alcance de alguien como Jerry. Cartwright lo había utilizado hábilmente como fachada para asegurarse la villa y pasar desapercibido en Blebert.
Desafortunadamente, esta nueva pista ahora conducía a un callejón sin salida, y su advertencia involuntaria a Cartwright significaba que él estaría aún más alerta.
En su camino de regreso, Connor compartió la frustrante serie de acontecimientos con Marissa por teléfono.
Marissa le advirtió: «Dado el compromiso de Cartwright con Neil, es probable que pronto actúe contra ti. Mantente alerta».
«Estoy en ello», respondió Connor con voz firme. «No es que él actúe lo que me preocupa, sino que si decide pasar desapercibido».
Solo el próximo movimiento de Cartwright le daría a Connor las pistas que necesitaba para desentrañar el misterio.
Las investigaciones anteriores habían desvelado los vínculos de Cartwright con la turbia organización, pero su papel exacto seguía envuelto en el misterio.
Tras una pausa, la voz de Marissa llenó el silencio. «El Dr. Finley debería salir a la luz».
La expresión de Connor se volvió gélida. Se dio cuenta del plan de Marissa, pero se apresuró a replicar: «No. La organización sospechosa está buscando al Dr. Finley. Te obligarán a colaborar, como hicieron con tu padre. Es demasiado arriesgado para ti».
—Pero es la única forma de hacerlos salir —insistió Marissa, con un tono inquebrantable—. No puedo quedarme de brazos cruzados y esperar a que ataquen. Tengo que ser proactiva.
—Marissa…
—Connor, ya lo he decidido —interrumpió Marissa bruscamente—. Tengo que enfrentarme pronto a la organización sospechosa para comprobar el bienestar de Tiffany. Si no, temo por su salud.
Connor reflexionó sobre sus palabras. Entendía su lógica, pero su preocupación por su seguridad nublaba su juicio.
Entonces se dio cuenta: Marissa también era Black Mallow, una fuerza formidable en el campo de batalla. No estaba en su naturaleza acobardarse en las sombras; detenerla era inútil.
«Está bien, si estás decidida a hacerlo, estoy contigo», dijo.
«Bien. Volveré al Grupo Daniels mañana», declaró Marissa.
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