Atraído por mi mujer de mil caras - Capítulo 1100
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Capítulo 1100:
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—¿Os parece bien que me quede en esa, justo al lado de la vuestra?
—¡Eso suena bien! —Los dos niños asintieron felices.
Silver Fox se puso rápidamente de pie y entró en la habitación de al lado con los niños, charlando y riendo mientras iban. Marissa intentó seguirla, pero Silver Fox la detuvo en la puerta, diciendo en broma: —Oh, déjame un rato a solas con los pequeños. Por favor, sin interrupciones.
Con un suave empujón, Silver Fox cerró la puerta tras de sí. Al observar la puerta, Marissa se sintió desconcertada por el comportamiento de Silver Fox, que parecía fuera de lugar. Se encogió de hombros y bajó las escaleras.
Paul y Burnet seguían profundamente absortos en su conversación. Burnet, lleno de un profundo sentimiento de gratitud por el favor que le había salvado la vida años atrás, mostraba un inmenso respeto por su mayor, mientras que Paul expresaba admiración por los logros del joven. Su interacción estuvo marcada por un ambiente genuinamente agradable. Mientras Marissa bajaba las escaleras, Paul se levantó de su asiento.
«Vosotros dos seguid hablando. Yo voy a descansar un rato», dijo Paul.
Burnet asintió en señal de reconocimiento, observando cómo Paul se alejaba. Después de que Paul se fuera, Marissa se volvió hacia Burnet y le preguntó: «¿Puedes decirme qué pasa entre tú y Silver Fox?».
Cuando Marissa hizo su pregunta, Burnet bajó la mirada, su silencio se prolongó por un momento como si sopesara sus pensamientos en una delicada balanza. Finalmente, levantó la vista y dijo: «Si te dijera que no hay mala sangre entre nosotros, hace apenas una hora estábamos teniendo una agradable charla, tratando de construir una relación por el bien de los futuros herederos, ¿lo creerías?».
Las cejas de Marissa se fruncieron en señal de confusión.
«Si eso es cierto, entonces ¿por qué querría alejarse de repente de ti?».
Burnet se encogió de hombros, con las manos abiertas en un gesto de rendición.
«No tengo ni idea. En un momento todo iba bien y al siguiente hizo las maletas y decidió irse de mi villa. Le pregunté por qué, pero no quiso soltar prenda. Es como… como si se hubiera convertido en otra persona».
—¿Otra persona? —repitió Marissa, con un tono teñido de duda.
—No del todo otra persona —aclaró Burnet, con expresión confusa—.
Era más como si empezara a tener pensamientos extraños y repentinos, como si otra alma se hubiera despertado dentro de ella. —Hizo una pausa, con la mirada fija en los ojos de Marissa.
—Me recuerda al trastorno de identidad disociativo, como si otra personalidad tomara las riendas y la obligara a hacer cosas que me dejaban rascándome la cabeza. Has pasado más tiempo con ella que yo. ¿Tienes alguna idea de lo que está pasando?
Marissa no respondió de inmediato. Se quedó inmóvil, pensativa, con el ceño fruncido, como si intentara desentrañar un nudo imposible.
Confiaba en los instintos de Burnet: no era un tonto, sino el tipo de hombre que rara vez se equivocaba. Si decía que había algo raro en Silver Fox, tenía que ser cierto. Pero ¿por qué? ¿Qué había causado este cambio repentino? ¿Se le había pasado algo por alto?
Burnet no la interrumpió en su línea de pensamiento, con la mirada firme y sincera, casi deseando que encontrara una respuesta.
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Nota de Tac-K: Pasen una excelente mañana lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
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