Atraído por mi mujer de mil caras - Capítulo 1089
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Capítulo 1089:
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Ahora en posesión de Kim, el chip seguía siendo un misterio. Sus secretos eludían incluso a los científicos más hábiles a su servicio, para su creciente frustración.
Mientras tanto, Paul, que estaba restableciendo su influencia en Blebert, estaba construyendo una extensa red de alianzas y poder.
Marissa y Paul habían llegado a la sombría conclusión de que Clarissa se había convertido en miembro de la turbia organización. Sin embargo, las preguntas de cómo se enredó en su mundo y qué papel desempeñó en sus planes seguían sin respuesta.
Paul rompió el vaso que tenía en la mano. Su rostro se torció con amargura mientras escupía: «¡Esa mujer desagradecida! Si hubiera sabido que acabaría así, nunca la habría perdonado enviándola de vuelta a BIO Grein. Debería haberla tirado al mar».
Parecía enfadado, pero en su interior persistía una pena más profunda. Aunque nunca había reconocido formalmente a Clarissa como su hija, la había criado. Había cuidado de ella. Ahora, ella se había vuelto contra él, uniendo fuerzas con las mismas personas que una vez le habían hecho daño. El aguijón de la traición era realmente agudo.
Marissa, intuyendo la confusión que había bajo la ira de su padre, luchó por encontrar la respuesta adecuada. Tras una tensa pausa, desvió la mirada hacia Sansa. «¿Qué te dijo Clarissa que hicieras?».
Sansa temblaba, su fachada se desmoronaba cuando el miedo se apoderó de ella. Su voz temblaba mientras confesaba: «Me dijo que trajera a Ayla para poder seguir inyectándole los virus. Incluso dijo que ahora está a cargo de la base de investigación y que usaría los virus más fuertes en Ayla para convertirla en el ser humano más poderoso».
Los labios de Marissa se curvaron en una sonrisa burlona.
«¿Usar los virus más fuertes en Ayla?». Era como si Clarissa fuera una doctora que ofrecía con orgullo la mejor cura, pero la realidad era mucho más retorcida.
Lo que Clarissa realmente pretendía era llevar el cuerpo de Ayla al límite, ver hasta dónde podía llegar antes de adaptarse a los virus o desmoronarse bajo su peso.
Si Ayla sobrevivía a la prueba, si su cuerpo se fusionaba de alguna manera con los virus, podría convertirse en algo más poderoso de lo que ellos podían imaginar. Pero si fracasaba, las consecuencias serían mucho más oscuras: la muerte, la locura o un destino peor que cualquiera de los dos.
Sansa había entendido mal, creyendo que el interés de Clarissa en Ayla provenía de un lugar de preocupación. Qué terriblemente equivocada había estado.
Después de una pausa, Marissa se volvió hacia Paul con el ceño fruncido. —Papá, el virus híbrido que le inyectaron a Ayla… fue desarrollado en la base de Q. Ahora que Clarissa afirma que está…
—A cargo de allí, significa que la turbia organización le ha entregado el control de todo lo que Q dejó atrás.
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