Atraído por mi mujer de mil caras - Capítulo 1080
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Capítulo 1080:
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Después de la inyección, Ayla no se quedó inconsciente como todos esperaban. En su lugar, desató un rugido atronador, y su cuerpo estalló en una tormenta de energía salvaje.
Su fuerza era increíble. Era como una bestia salida de una pesadilla, una superheroína rebelde.
La docena de fornidos guardaespaldas vestidos de negro que intentaron sujetarla fueron zarandeados como muñecos de trapo. Algunos se estrellaron contra las barras de hierro, que tintineaban como una campana, mientras que otros golpeaban las paredes con una fuerza que les hacía crujir los huesos, gimiendo de dolor.
La asombrosa escena dejó a los que observaban a través de la pantalla del teléfono completamente sin palabras. Sansa, que había estado gritando momentos antes, se quedó paralizada con la boca abierta y los ojos desorbitados por la incredulidad. Mientras tanto, Rex casi tropieza consigo mismo al correr hacia el teléfono, con la cara pegada a la pantalla.
A pesar de sus agudas habilidades y su riguroso entrenamiento, los guardaespaldas no eran rival para Ayla.
Ella era un torbellino de poder bruto, y uno a uno, no tenían ninguna posibilidad. Incluso cuando atacaban al unísono, sus esfuerzos coordinados apenas la ralentizaban.
Una y otra vez, los guardaespaldas se abalanzaban sobre Ayla, decididos a inmovilizarla, solo para ser arrojados a un lado como hojas en un vendaval. Los implacables movimientos de ida y vuelta pasaron factura.
Pronto, los guardaespaldas estaban maltrechos y magullados, algunos tosiendo sangre por los devastadores golpes de Ayla. Incluso Johnny, su incondicional líder, estaba manchado con su propia sangre, su actitud normalmente tranquila estaba alterada.
Ayla era una visión aterradora, como un hombre lobo sacado directamente de una película de terror, una pesadilla viviente que se negaba a ser domada.
Al ver a su equipo al borde del colapso, Marissa dio otra orden: «Dadle otra dosis del tranquilizante».
La situación era delicada; demasiado tranquilizante podría ser fatal. Marissa había calculado cuidadosamente el momento de su orden, observando cada movimiento de Ayla como un halcón antes de ordenar a Johnny que le administrara la segunda inyección. A la orden de Marissa, Johnny dio una señal aguda y los guardaespaldas entraron en acción, rodeando a Ayla como una manada de lobos que se cierran sobre su presa. Mientras se enzarzaban en una lucha desesperada, Johnny esperó el momento perfecto. Mientras Ayla centraba su atención en defenderse de los demás, Johnny se deslizó a través del caos, con movimientos rápidos y calculados, y administró el segundo tranquilizante con facilidad.
La segunda inyección no derribó a Ayla de inmediato. En cambio, ella se abrió paso como una fuerza de la naturaleza, luchando contra los guardaespaldas con una furia implacable. Golpe tras golpe, los mantuvo en vilo, su fuerza desafiando la razón. Solo después de unas cuantas rondas más agotadoras sus movimientos se ralentizaron, sus rodillas se doblaron y, por fin, se desplomó en el suelo, su espíritu feroz sometido como una bestia finalmente domesticada.
La escena en la pantalla se quedó inquietantemente en silencio.
Ayla yacía tendida entre los restos de plumas y salpicaduras de sangre, su feroz resistencia finalmente sofocada. A su alrededor, Johnny y los guardaespaldas estaban encorvados y jadeando, con el rostro marcado por el cansancio. Parecían soldados que apenas habían sobrevivido a un brutal campo de batalla, con los cuerpos maltrechos y el ánimo agotado. Sin perder un momento, Marissa puso fin a la videollamada con un toque rápido, con una expresión tan serena como siempre.
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Nota de Tac-K: Pasen una muy agradable noche lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥
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