Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1860
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Capítulo 1860:
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Afortunadamente, la sala que Jayden había preparado para Elyse era lo suficientemente espaciosa como para acomodar cómodamente a todo el mundo.
Gavin y Freda fueron los primeros en llegar al hospital. Al ver el rostro pálido de Elyse, Gavin mostró una rara muestra de preocupación. Le temblaban las manos mientras decía: «Enviaré un mensaje al Sr. Tucker y a Irving. El Sr. Tucker todavía está en Cambape, pero debería ver mi mensaje cuando se despierte. Irving puede que esté ahora mismo en un avión, pero vendrá directamente aquí en cuanto aterrice».
Freda, al notar la ansiedad de Gavin, lo tranquilizó con un suave recordatorio: «No te preocupes demasiado. Solo es un parto. Ella estará sana y salva».
Gavin respiró hondo y asintió. «Tienes razón. Tengo que mantener la calma. Si estoy tan nervioso, solo conseguiré que Elyse se ponga nerviosa».
Al oír esto, Elyse soltó una suave risita. «Gavin, tu preocupación me da ganas de reír».
Con un suspiro de resignación, Gavin respondió: «Y aquí estás tú, haciendo bromas en un momento como este».
Elyse respondió con un gesto descarado, sacando la lengua, y su sonrisa iluminó la habitación.
Poco después, llegaron Jennie y Brook.
Brook se dio cuenta inmediatamente del nerviosismo de Jayden y bromeó: «Tienes que relajarte, tío. Parece que fueras tú quien va a dar a luz, y no Elyse».
«Me cuesta respirar y me siento mareado», admitió Jayden.
Brook arqueó una ceja, medio divertido. «¿En serio? ¿Estás tan ansioso que necesitas oxígeno? ¿Te traigo una botella?».
«Mejor tráeme varias», respondió Jayden, muy serio.
Brook se detuvo, al ver un lado de Jayden que no había visto antes.
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Jayden, que normalmente era el epítome de la confianza y el control, ahora era un manojo de nervios, casi a punto de desmayarse.
Brook sacudió la cabeza, divertido pero preocupado, y fue a buscar las botellas de oxígeno.
Cuando Elyse tenía cinco centímetros de dilatación, Shaun y Tracy hicieron su entrada. Tracy no pudo contener las lágrimas al ver a Elyse soportando los dolores del parto. Le tomó la mano a Elyse, con la voz quebrada por la emoción. «Eres tan joven y ya estás a punto de ser madre».
Elyse la consoló con una suave caricia en la cabeza y una cálida sonrisa. «Sí, voy a ser madre. ¿Cuándo vas a dejar entrar a alguien en tu vida?».
Tracy se secó las lágrimas y miró tímidamente a Shaun, que parecía algo avergonzado. Hizo un pequeño puchero. «Centrémonos en ti por ahora».
Shaun, tomando la otra mano de Elyse, declaró: «Tienes que apoyarme en esto. He invertido mucho en estar con ella. ¡No dejes que me rechace ahora!».
Las palabras de Shaun divirtieron un poco a Elyse, aliviando momentáneamente su incomodidad.
La agonizante espera por la llegada de los bebés pronto concluyó y el equipo médico acompañó a Elyse a la sala de partos.
Cuando las puertas se cerraron, las sonrisas desaparecieron de los rostros de todos.
Tracy, sentada tensa en un banco, miró a Jayden, que caminaba inquieto de un lado a otro. Tiró de la manga de Shaun y le suplicó: «¿Puedes pedirle a Jayden que deje de pasearse? Me está volviendo loca».
Al oír esto, Shaun se levantó, se acercó a Jayden y le agarró firmemente del brazo. «Deja de pasearte, tío. Siéntate y espera».
Jayden negó con la cabeza. «No puedo. Caminar me ayuda a controlar mi ansiedad».
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