Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1813
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Capítulo 1813:
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Olfateó su manga, sin detectar nada inusual.
Aileen lo miró con rápidas miradas evaluadoras. —¿Sabes algo? Tienes unos rasgos realmente atractivos. Son solo esas gafas, que te ocultan un poco el rostro.
Peyton soltó una risa seca. —Por fin te has dado cuenta de mi impresionante atractivo.
—Vaya, ¿no eres un poco presumido? —Aileen se enderezó y cambió de postura—. Tengo hambre. ¿Te apetece comer algo?
—¿Qué te apetece? —preguntó Peyton.
Los ojos de Aileen brillaron con picardía. —Mi padre no está en casa. ¿Te apetece tomar algo?
Peyton arqueó una ceja con escepticismo. —¿Beber durante el día? ¿Y en secreto? ¿Por qué tu padre te impone normas tan estrictas?
—No lo sé muy bien —admitió Aileen—. «Es simplemente una norma peculiar. Erica siempre cumple sus deseos y me vigila de cerca para asegurarse de que me abstengo de…».
… alcohol. «¡Ya soy adulta! ¡Y aún así solo puedo pedir zumo o refrescos cuando salgo con mis amigos!», exclamó Aileen.
«Quizás tu padre tenga razones válidas para desaconsejarte el consumo de alcohol», sugirió Peyton pensativo. «Olvidemos la idea».
«¡Ni hablar! Vamos, te llevaré a mi apartamento. ¡He escondido muy bien una colección de licores premium!». El rostro de Aileen se iluminó mientras agarraba a Peyton por la muñeca y lo empujaba hacia la salida.
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En el asiento del conductor, Peyton la miró desconcertado, observando su expresión animada. Dudó. «¿Es realmente necesario ir a tu apartamento solo para tomar una copa? ¿No deberías esperar a que vuelva tu padre? ¿Qué le diré si te pregunta dónde estás?».
Aileen puso las manos en las caderas y sonrió radiante. «¡Dile que me has llevado a dar una vuelta para divertirnos!».
Peyton la observó antes de exhalar profundamente. —¿De verdad tienes tanto miedo de que descubra que has bebido alcohol a escondidas? —
—¡No te atrevas a decírselo! —advirtió Aileen, alzando la voz—. Si te niegas a acompañarme, dejaré de salir contigo. Volveré sola a mi apartamento.
Puso los ojos en blanco de forma exagerada, segura de que la negativa de Peyton le daría la excusa perfecta para escapar. Peyton reconoció su estrategia transparente. ¿Intentaba evadirlo? Hoy no. Su curiosidad se despertó por las travesuras que podría hacer después de beber. Encendió el motor y condujo directamente al edificio donde vivía ella.
Una vez dentro, Aileen preparó las bebidas, se sirvió un vaso generoso y se lo bebió de un trago. Peyton, que estaba inspeccionando una botella, miró el porcentaje de alcohol y volvió a mirarla con los ojos muy abiertos. —Es muy fuerte. ¿Te lo has bebido de un trago?
Aileen se rió suavemente. —No te preocupes, puedo con las bebidas fuertes. Es de primera calidad. ¡Deberías probarlo!
Peyton tomó un sorbo mesurado y apreció el complejo perfil de sabores. Diez minutos más tarde, Aileen salió disparada de la cocina, empuñando un cuchillo con determinación mientras se dirigía hacia el televisor. Peyton se abalanzó hacia ella y la agarró con firmeza por el brazo. —¡Aileen! ¿Has perdido la cabeza? ¡Es un aparato electrónico!
—¡Es mi adversario de una vida anterior! ¡Un villano despiadado! ¡Se atrevió a abandonarme! ¡Debo eliminarlo! —gritó ella.
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