Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1736
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Capítulo 1736:
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Tras un momento de vacilación, Jennie soltó las palabras. —Sí… Necesito saberlo, ¿Corrie realmente te obligó a interrumpir tu embarazo?
—Sí —logró decir Elyse, con un hilo de voz.
—Esa mujer despiadada —espetó Jennie, apretando los puños—. Te obligó a perder a tu bebé solo porque no podía encontrar un hombre para ella.
Una triste sonrisa se dibujó en el rostro de Elyse. «No pensemos en eso. En cuanto te vea el médico y te recete una pomada, te curaremos la hinchazón de la cara».
Jennie asintió con la cabeza, lanzando miradas furtivas a Elyse, como si estuviera luchando con algo más en su mente.
«Hay algo más que te preocupa, ¿verdad?», insistió Elyse con suavidad.
Jennie pensó en el secuestro de su mejor amiga por parte de Corrie, pero se contuvo. Dada su limitada relación, sacar un tema tan delicado solo causaría más problemas a Elyse.
Tras una lucha interna, esbozó una sonrisa. —No, nada más.
Elyse la miró pensativa, pero decidió no insistir.
Cuando llegó el médico, examinó la herida de Jennie y le recetó una pomada, que Elyse comenzó a aplicar inmediatamente con mucho cuidado. La sensación de frescor alivió al instante el dolor punzante de Jennie, sustituyéndolo por un agradable confort.
Mientras Elyse atendía su herida, Jennie no pudo evitar preguntar: «¿Por qué eres tan amable conmigo?».
«Eres la novia de Brook», respondió Elyse en voz baja.
«Es motivo suficiente».
Jennie bajó la mirada al suelo. «Por ahora, al menos. Mañana… quién sabe».
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«¿Te preocupa el futuro?», observó Elyse.
«¿Quién puede estar seguro de las relaciones?», murmuró Jennie, con voz cargada de duda.
«Si te preocupa tanto, ¿por qué no hablas con él?», sugirió Elyse. «Pídele la seguridad que necesitas».
Jennie abrió la boca para responder, pero titubeó. Finalmente dijo, con voz teñida de resignación: «Lo único que puedo hacer es esperar y ver cuánto dura lo mío con Brook».
Elyse observó a Jennie con creciente preocupación, preocupada por la evidente falta de fe de la joven en Brook.
Después de terminar con el ungüento, Elyse llevó a Jennie a casa en silencio, con el aire cargado de palabras no pronunciadas.
Una vez sola en su habitación, Jennie se derrumbó sobre la cama y dejó que las lágrimas fluyeran libremente hasta que el cansancio la venció.
En la oscuridad de su habitación, permaneció ajena al inquietante resplandor rojo que emanaba del broche que llevaba en el pecho.
Mientras tanto, en una lujosa villa de Cambape, Brook estaba sentado con los auriculares puestos, con expresión tensa, frente a Jayden, al otro lado de la habitación. Jayden dio un sorbo mesurado a su bebida antes de hablar.
—Es obvio que Corrie tiene a Jennie bajo algún tipo de amenaza, pero esta desconfianza que muestra hacia ti, ¿cómo ha surgido?
Brook frunció profundamente el ceño. Las constantes dudas de Jennie plagaban su relación, e incluso Elyse había fracasado en romper sus muros de silencio. —Corrie debe de haberla convencido —dijo Brook, con la voz tensa por la frustración—. Le ha dicho algo que impide a Jennie hablar.
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