Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1732
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1732:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—No hay prisa —la tranquilizó Brook—. ¿Qué tal si tomamos primero el postre?
Jennie agradeció la distracción y se retiró a la cocina para preparar café y servir unos dulces. Se sentaron juntos en el balcón, bajo la luz de la tarde que proyectaba largas sombras.
Los ojos de Brook buscaron el rostro de ella. —Si algo te preocupa, dímelo. Quizá pueda ayudarte.
Las palabras casi se le escaparon, pero Jennie las contuvo a tiempo.
Los pensamientos sobre Camille se colaron en su mente y su determinación se endureció. Ya no era la única mujer en su órbita. Pedirle ayuda con su amiga podría empujarla a un terreno «problemático».
Y si él empezaba a verla como una carga… ¿sería ese el empujón final que lo alejaría de ella? La idea de dejarlo le desgarró el corazón y le provocó una opresión insoportable en el pecho.
Su confusión interior solo se intensificó, proyectando sombras más oscuras sobre su mente ya atribulada.
La mirada inquisitiva de Brook se demoró, esperando una respuesta que no llegaría. —De verdad, no es nada —dijo Jennie finalmente, forzando la alegría en su voz—. Solo estoy siendo tonta por extrañarte, eso es todo.
Brook arqueó las cejas con escepticismo, pero sus palabras fueron amables. —Oye, no te preocupes. No voy a desaparecer para siempre; solo son unos días por trabajo. No hay nada de qué preocuparse».
«¿Preocupada? ¿Yo?», la risa de Jennie tenía un tono amargo. «¿Por qué iba a preocuparme? Son solo negocios, ¿no? Si tus socios quieren ir a tomar algo o si alguna chica te llama la atención… eso es parte del trabajo. No tengo ningún derecho a estar celosa».
Brook se quedó desconcertado, con un tono de incredulidad en la voz. «¿No estás celosa? ¿De verdad? Porque se te nota en la cara».
Jennie le lanzó una mirada fulminante. «¡Vamos, no estoy celosa!». Acompañó sus palabras con un ligero puñetazo en el pecho.
Últimas 𝔫𝔬𝔳𝔢𝔩𝔞𝔰 𝒆𝒏 ɴσνєʟ𝓪𝓼4ƒα𝓷
Brook soltó una risita, sin hacer ningún esfuerzo por esquivarla.
Cuando ella finalmente bajó la mano, él metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña caja de terciopelo rojo. Con una sonrisa, se la tendió. —Esto es para ti.
Jennie se quedó paralizada, con los ojos muy abiertos mientras lo aceptaba. —¿Qué es?
Él sonrió. —¿Por qué no lo abres y lo descubres?
Obediente, levantó la tapa, dejando al descubierto un broche de rubí en su interior.
El profundo brillo rojo de la gema la dejó sin aliento. Lo giró entre sus manos, mirándolo con asombro antes de murmurar: «¿Esto… es realmente para mí?».
Brook arqueó una ceja, divertido. «¿Para quién más podría ser?».
Jennie dudó, con la voz temblorosa. —Pensaba… que quizá… —Se calló, incapaz de terminar la frase.
Estuvo a punto de mencionar a Camille, pero se contuvo. En lugar de eso, cambió de tema. —¿Estás seguro de que es para mí?
Brook asintió con firmeza. —Por supuesto. Es único, solo para ti.
Conmovida, Jennie admiró el broche, pasando los dedos una y otra vez por su suave superficie.
La sonrisa de Brook se hizo más profunda. —Déjame ponértelo. Quiero ver cómo te queda.
Ella se lo entregó sin dudarlo, observando cómo él lo abrochaba con cuidado. Dio un paso atrás y asintió con satisfacción. —Tal y como esperaba, te queda perfecto.
.
.
.