Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1720
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Capítulo 1720:
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Las emociones de Tracy parecieron calmarse con las palabras de Elyse, aunque solo por un momento. El peso de todo seguía flotando en el aire.
Cuando finalmente regresaron a casa, Elyse llevó a Tracy a la habitación de invitados.
Una vez que se aseguró de que Tracy estuviera cómoda en la cama, Elyse se dio la vuelta para marcharse. Pero justo cuando llegaba a la puerta, la tranquila voz de Tracy la detuvo. «No te vayas. No puedo dormir. ¿Podrías quedarte conmigo un rato?».
El rostro de Tracy estaba demacrado y sus ojos delataban una vulnerabilidad que Elyse no había visto en mucho tiempo.
Elyse se detuvo, indecisa, pero luego le propuso en voz baja: «¿Qué tal si te toco algo con el violín? Una de tus piezas favoritas. ¿Te ayudaría?».
Tracy asintió con la cabeza, y una pizca de alivio se dibujó en su rostro. «De acuerdo».
Elyse salió de la habitación para buscar su violín. Cuando regresó, se colocó junto a la cama de Tracy y comenzó a tocar.
A medida que la melodía familiar comenzaba a tejer su camino por el aire, la tormenta que rugía en el corazón de Tracy pareció encontrar algo de calma. Poco a poco, la ansiedad aflojó su agarre y una inusual sensación de paz se instaló en su lugar.
Tracy permaneció inmóvil, escuchando durante lo que le pareció una eternidad. Cuando las últimas notas se desvanecieron, rompió el silencio con una pregunta que la había estado consumiendo durante demasiado tiempo. —¿Estás decepcionada conmigo? Yo… soy horrible.
Elyse la observó durante un momento, con voz suave pero firme. «Te quiero más de lo que puedas imaginar. Por eso sigo intentando comprender por lo que estás pasando, intentando entender tus sentimientos. Cada vez que me siento abrumada, me recuerdo a mí misma que, si estuviera en tu lugar, no sé si habría podido hacerlo mejor. Tampoco sé si habría sobrevivido. Quizá me habría ahogado en ese océano».
Tracy se quedó callada durante un largo rato, con la mente divagando, hasta que finalmente habló, con un hilo de voz: «Ese día, después de caer por el acantilado, me agarré a una tabla que flotaba. Estaba rota, era solo basura en el mar… pero me salvó la vida».
Aquí sigue la emoción: ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.𝒸𝑜𝗺
Elyse esbozó una suave sonrisa. «¿Lo ves? Ni siquiera el universo estaba dispuesto a rendirse contigo. Te dio una forma de sobrevivir».Tracy cerró los ojos lentamente y se acurrucó bajo la manta, como buscando consuelo en la suave tela. Su voz temblaba mientras susurraba: «Tenía mucho miedo. Allí fuera, en el océano, estaba completamente sola. Esa tabla rota era mi único salvavidas. Tenía pánico de perderla. Sin ella, no habría tenido ninguna oportunidad. Ni la más mínima».
Al percibir el estado de ánimo de Tracy, Elyse se arrodilló inmediatamente junto a la cama, le tomó la mano con delicadeza y se la apretó con fuerza. Le habló en voz baja, con palabras tranquilizadoras. «Pero sobreviviste. Todo el dolor, todas las dificultades, forman parte de lo que te hace fuerte. No les tengas miedo. Eres más fuerte de lo que crees».
Tracy negó con la cabeza, con lágrimas corriendo por su rostro, el peso de todo lo sucedido apretándole el pecho.
Elyse continuó, con voz tranquila y rítmica, ofreciéndole seguridad. Poco a poco, los sollozos de Tracy se calmaron y el cansancio se apoderó de ella. Con una última y profunda respiración, se sumió en un sueño tranquilo.
Elyse suspiró en silencio, sintiéndose aliviada mientras salía con cuidado de la habitación. Afuera, encontró a Jayden apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una mirada de preocupación en el rostro.
«¿Cómo está? ¿Aceptó interrumpir el embarazo?», preguntó con voz baja y tensa.
Elyse suspiró, con voz cargada de comprensión. «No nos centremos en eso ahora. La venganza es lo único que mantiene a Tracy con vida. Si le quitas eso, es como quitarle la razón para vivir».
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