Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1712
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Capítulo 1712:
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El guardaespaldas dudó, pero asintió y desapareció entre la multitud. En cuanto el informante de Jayden estuvo fuera de su vista, Shaun marcó el número de Tracy.
Bajando la voz, preguntó: «¿Es esto… un informe de la revisión prenatal? ¿Estás sola?».
Tracy no esperaba que la llamara, pero respondió con sinceridad. «Sí, estoy aquí para una revisión prenatal. Es una locura pensar que hay una pequeña vida dentro de mí».
Se posó una mano sobre el vientre y una sonrisa salvaje se dibujó en sus labios. «Estoy deseando ver la reacción de Lowell. ¿Estará feliz… o furioso?».
Shaun había ignorado su imprudencia antes, pero ahora se dio cuenta del peso de su locura. Su corazón no solo estaba roto, sino que llevaba mucho tiempo muerto, y solo lo mantenía vivo el odio.
No podía ni empezar a comprender la profundidad de ese sentimiento, ni sabía si él mismo sería capaz de soportar un rencor tan devastador.
Respiró hondo para calmarse y dijo: —¿En qué hospital estás? Voy a ir a verte.
La voz de Tracy se volvió fría. —No hace falta. Ya me voy.
Algo se retorció en su interior, algo agudo e insoportable. —Tracy, no digas cosas así. Déjame estar ahí para ti. Te protegeré.
La voz de Tracy era distante. —No te preocupes por mí. Puedo arreglármelas sola. Además, lo que pase ahora es entre Lowell y yo. Tú no te metas.
La frustración estalló en el pecho de Shaun. —¿De verdad crees que Lowell no te matará? ¿Que mentirle y llevar su hijo en tu vientre hará que te perdone? No lo hará, Tracy. Te matará. Aún tienes una oportunidad, ¡vuelve conmigo!».
Ella soltó una risa aguda y amarga. «Entonces deja que me mate». Y con eso, colgó.
Shaun se quedó mirando la pantalla, atónito. No esperaba que fuera tan obstinada, tan imprudente. A medida que su ira se disipaba, lo único que quedaba era una abrumadora sensación de impotencia.
En el fondo, sabía que él había tenido parte de culpa en todo aquello. La había empujado al límite y ahora ella no tenía intención de dar un paso atrás.
Mientras Shaun reflexionaba sobre su próximo movimiento, el guardaespaldas regresó con una bolsa de aperitivos. —Señor Kennedy, aquí tiene los aperitivos que quería. No estaba seguro de lo que le gustaba, así que he comprado un poco de todo.
Shaun apenas miró la bolsa antes de cambiar de tema. —¿Has encontrado al hombre que te pedí?
El guardaespaldas asintió secamente. —Estamos en ello. Hay mucha gente dispuesta a aceptar este tipo de trabajo.
Shaun asintió, con la mente ya puesta en marcha.
Más tarde, esa noche, cuando el reloj pasaba de las once y se acercaba la medianoche, Lowell finalmente terminó su trabajo. Con un proyecto importante en marcha, la carga de trabajo de la empresa se había disparado, lo que le había obligado a quedarse en la oficina más tarde de lo habitual.
Tras un largo y agotador día, regresó a casa, con el cansancio apretándole los hombros.
En cuanto abrió la puerta, la oscuridad se disipó. Una cálida luz inundó la habitación, revelando un techo cubierto de luces centelleantes.
Lowell se detuvo en la entrada, contemplando la escena. El salón estaba decorado con esmero y la mesa estaba preparada con un festín extravagante. Todo parecía cuidadosamente dispuesto, hasta el último detalle.
Su mirada se posó en los platos humeantes, cuyo rico aroma llenaba el aire. Tracy debía de haberlo preparado todo.
Entonces lo comprendió. La sorpresa. Ella había mencionado que estaba planeando algo especial, pero él había llegado a casa muy tarde.
La culpa se apoderó de él como un peso.
Al mirar alrededor, se dio cuenta de que ella no estaba por ninguna parte. —¿Cariño? —llamó, adentrándose más en la habitación—. Cariño, ¿dónde estás? Ya he llegado.
Silencio. Una punzada de inquietud se apoderó de él. —¿Te has enfadado porque he llegado tarde? —intentó de nuevo, con voz más suave—. Lo siento, he tenido mucho trabajo. Por favor, no te escondas.
Justo cuando terminó de hablar, unos pasos resonaron detrás de él.
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Nota de Tac-K: Lindo día viernes queridas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
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