Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1704
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1704:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La frustración se agolpaba en el pecho de Víctor. Quería ser él quien la ayudara, pero ella lo estaba rechazando.
Hubo una pausa incómoda entre ellos antes de que él exhalara, con la voz tensa. —Está bien, entonces.
Elyse se llevó las manos a los bolsillos y los palpó frenéticamente. Se puso pálida. —Mi teléfono, ¡he perdido mi teléfono!
Victor se puso rígido. —¿Se te cayó mientras corrías?
Ella tragó saliva y asintió con tristeza. —Creo que sí.
Como si la noche no se hubiera complicado ya lo suficiente, esto era solo una cosa más que la hundía aún más en la espiral.
Victor no dudó. Al ver el pánico que se apoderaba de ella, sacó su propio teléfono. «No te preocupes», dijo, marcando ya el número. «Mi familia es dueña de este centro comercial, les diré que revisen las cámaras de seguridad y lo encontrarán».
Elyse dudó y luego exhaló. —Gracias —murmuró con voz débil.
Algo en el pecho de Víctor se ablandó.
Quince minutos más tarde, el teléfono estaba de nuevo en manos de Elyse.
Se le había caído del bolsillo mientras perseguía a Tracy, y un hombre lo había recogido y guardado en su bolsillo en lugar de entregarlo. Los guardias de seguridad alcanzaron al hombre justo cuando estaba a punto de entrar en el aparcamiento.
Elyse exhaló temblorosamente y se aferró al teléfono como si fuera un salvavidas. —Victor, no sé cómo darte las gracias —murmuró.
Él sonrió y se acercó a ella, revolviéndole el pelo con cariño. —La próxima vez, no te asustes. Mantén la calma y todo irá bien.
Elyse sintió que le subía un calor a las mejillas. —Gracias otra vez. Te lo agradezco de verdad.
—Cuando quieras —respondió él con naturalidad—. Si vuelve a pasar algo así, llámame. Allí estaré.
Su corazón dio un pequeño salto molesto. Murmuró otro «gracias» antes de darse la vuelta para marcharse.
Victor la vio marcharse, con una expresión indescifrable en los ojos. Su amigo sonrió burlonamente y le dio un codazo. —No me digas que te estás enamorando de ella, tío.
Victor se burló, quizá demasiado rápido. —Por favor. Solo estaba ayudando a una amiga.
Elyse cogió el teléfono y escribió rápidamente un mensaje a Chloe.
Antes de que pudiera dejarlo, el teléfono vibró.
La voz de Chloe se escuchó, temblorosa. «¿Dónde te has metido? ¡He ido al baño y cuando he vuelto ya no estabas! He intentado llamarte, pero has colgado. Me has asustado mucho».
«Ahora mismo vuelvo», dijo Elyse, manteniendo la voz firme. «Te lo explicaré todo cuando te vea».
Cuando finalmente se encontraron, Elyse se lo contó todo a Chloe.
Chloe abrió mucho los ojos y se agachó para mirar la rodilla de Elyse. «¡Está toda arañada! ¡Debe de doler muchísimo!».
«No sentí nada cuando me caí», explicó Elyse. «Pero cuando empecé a buscar el teléfono, fue cuando me di cuenta».
.
.
.