Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1702
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Capítulo 1702:
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Conmocionado por la postura de Shaun, Jayden, con una mirada de incredulidad, respondió: «Está loca. No te dejes arrastrar por ella. No la estás ayudando al permitirle comportarse así».
Shaun empujó a Jayden y dijo con firmeza: «¡No te metas en los asuntos de Tracy y míos!».
Luego salió furioso, hirviendo de ira.
Jayden estaba más indignado que Shaun. Ahora sí que quería mantenerse al margen de los asuntos de Shaun.
Brook, que había estado observando desde la puerta, comentó divertido: «Parece que tus esfuerzos han pasado desapercibidos. Tus buenas intenciones han sido completamente ignoradas».
Jayden miró a Brook, que sonreía con aire burlón, y le dijo con dureza: «Si esto no tiene que ver con la empresa, no me metas en ello».
Brook sonrió, levantó unos documentos y añadió: «Sé que estás molesto, pero tenemos que hablar de estos asuntos de trabajo».
Resignado, Jayden señaló la silla. «Está bien, pasa».
Brook, visiblemente satisfecho por la incomodidad de Jayden, disfrutaba de la situación.
Mientras tanto, Elyse y Chloe estaban ocupadas.
Después de una tarde agitada, planeaban comer en un restaurante antes del programa de radio de la noche.
Al llegar al centro comercial, Chloe sintió un dolor repentino en el estómago y se excusó para ir al baño.
Mientras esperaba, Elyse echó un vistazo a las tiendas cercanas.
Al pasar por una boutique, una figura familiar le llamó la atención: ¡Hardy! Al principio, Elyse tenía intención de saludarlo, pero su atención se desvió cuando vio que Hardy se dirigía directamente hacia otra persona.
¡Era Tracy!
Elyse se quedó desconcertada. Casi la confunde, pero no se podía negar su aura y presencia distintivas: era sin duda Tracy.
—¡Tracy! —gritó Elyse impulsivamente.
Absorta en su teléfono, Tracy se sobresaltó al reconocer la voz.
Levantó la vista y vio que Elyse la miraba fijamente desde la distancia.
En ese instante, los viejos recuerdos volvieron a aflorar.
A Elyse se le llenaron los ojos de lágrimas y volvió a gritar: —¡Tracy!
Su voz resonó con dolor y profunda preocupación.
Tracy palideció. Sin dudarlo, se dio la vuelta y se alejó apresuradamente.
—¡Tracy, espera! ¿Me estás evitando? —gritó Elyse, atónita y dolida por la brusca partida de Tracy.
Corrió tras ella, decidida a enfrentarse a ella y exigirle una explicación por su repentina desaparición y su reciente regreso sin ningún intento de reanudar la relación.
Cuanto más pensaba Elyse en la situación, más profundo era su dolor, y las lágrimas nublaban su visión y complicaban su persecución.
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