Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1688
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Capítulo 1688:
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En otro tiempo, ver a Shaun derrumbado, desnudando su alma, habría destrozado su determinación. Lo habría envuelto en sus brazos y le habría susurrado palabras dulces hasta que se le secaran las lágrimas.
Pero la muerte la había transformado.
En aquella estéril habitación de hospital, destrozada y sola, su antiguo amor le parecía un sueño lejano. Aquellas emociones que antes eran tan poderosas se habían disuelto como la niebla matinal.
Ahora, solo el odio corría por sus venas.
Una furia ardiente hacia la crueldad de Dolores, igualada por la rabia que ardía lentamente por el fracaso de Lowell al no atraparla, dejándola caer por el precipicio.
Ambos cargaban con el peso de la culpa. Ambos se habían ganado su odio.
Volviendo a la realidad, la mirada de Tracy se posó en el rostro manchado de lágrimas de Shaun, con voz firme y afilada como el acero. —Si sigues presionándome, si sigues interponiéndote en mi camino, no te daré otra oportunidad. ¿Entendido?
Una chispa de esperanza se encendió en los ojos llenos de lágrimas de Shaun. —¿Lo dices en serio? ¿Estás dispuesta a darme otra oportunidad? —Su voz temblaba con un optimismo desesperado.
Los dedos de Tracy le acariciaron la mejilla, con una sonrisa que enmascaraba una dulzura peligrosa. «¿Por qué no? Quizás me demuestres que estoy equivocada. Quizás la vida contigo pueda traerme la felicidad después de todo. Sería una tonta si descartara esa posibilidad, ¿no?».
Shaun asintió frenéticamente con la cabeza entre lágrimas. «¡Te juro que te haré feliz!».
«Entonces deja de perder un tiempo precioso», dijo Tracy con voz cortante. «Empieza a planear cómo vas a conseguirlo».
Como un hombre que despierta de un hechizo, Shaun la soltó a regañadientes, sin apartar los ojos de ella, como si fuera a desaparecer en el aire.
Jayden estaba de pie, con los brazos cruzados, en una postura informal, pero con la mirada aguda. —¿Debería Elyse saber lo que ha pasado hoy?
Tracy se encontró con su mirada inquisitiva y apretó los labios con fuerza. —Si quieres preocuparla, es cosa tuya.
—¿Así que Elyse ya no significa nada para ti? —Jayden arqueó una ceja en señal de desafío.
Tracy permaneció en silencio. Se dio media vuelta y se detuvo solo para dar una patada rápida a uno de los guardias que se encontraba cerca, una última forma de descargar su frustración.
Esta vez, Jayden se mordió la lengua. Había aprendido por las malas que no debía traspasar los límites de Tracy.
Tras la marcha de Tracy, Jayden centró su atención en Shaun.
Lo llamó varias veces antes de que los ojos vidriosos de Shaun finalmente se enfocaran. —¿Qué pasa?
Jayden exhaló profundamente. —Me acabo de dar cuenta de que Tracy tiene mucho talento para domesticar animales.
La confusión nubló el rostro de Shaun. —¿Quieres que trabaje con leones y tigres? ¿Has perdido la cabeza? ¡Eso es increíblemente peligroso!
Una sonrisa irónica se dibujó en los labios de Jayden. «Me refería a que tú eres su alumno estrella. Mírate: te trata con indiferencia, incluso te levanta la mano, y sin embargo aquí estás, siguiéndola como un…».
«Un cachorro enamorado».
El color inundó el rostro de Shaun mientras fruncía el ceño. «¡Solo actuó así porque la molesté! ¿Cuándo me ha tratado como a un perro cualquiera?».
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