Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1677
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Capítulo 1677:
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El repentino sonido de su teléfono rompió su ensimismamiento: el nombre de Hardy apareció en la pantalla. Respondió con movimientos mecánicos.
—Bien hecho. Elyse se rindió y se fue —informó Hardy—. Tu tapadera ha sido descubierta, pero podemos ganarte algo de tiempo.
La voz de Tracy temblaba. —Estaba llorando hace un momento… tan desconsolada. Me está destrozando.
Se oyó un crujido estático entre el suspiro cansado de Hardy. —No se puede hacer nada. Estamos cerca de nuestro objetivo. Elyse lo entenderá cuando llegue el momento.
—Pero no quiero que me vea —susurró Tracy, con la confesión pesando como plomo en su lengua—. Si el plan tiene éxito, si tengo la oportunidad, solo quiero desaparecer.
Se produjo un pesado silencio entre ellos antes de que Hardy respondiera con tranquila determinación. —Huir no es la solución, Tracy. Tienes que afrontar esto.
La voz de Tracy temblaba por la emoción. —No me vio. Debe de estar destrozada, ¿verdad?
—Sí —confirmó Hardy con solemnidad—. Yo lo vi. Estaba inconsolable. No fue fácil de ver.
Tracy apretó los puños con fuerza mientras luchaba por contener la tormenta de emociones que la invadía.
Reuniendo fuerzas artificiales en su voz, cambió de tema. —¿Ha vuelto Lowell? ¿Cuándo lo esperamos?
—Sigue en la oficina. No te preocupes —respondió Hardy—. Escucha, tengo cosas que hacer. Quédate dentro y no te dejes ver.
En cuanto se cortó la comunicación, Tracy se derrumbó como un castillo de naipes. Se deslizó por la pared y se desplomó sobre sí misma. Las lágrimas trazaban senderos plateados por sus mejillas.
«Lo siento mucho, Elyse», logró articular entre sollozos. «Lo siento muchísimo. Nunca quise alejarte. Es solo que no puedo volver. No puedo».
La angustia de Elyse estalló en sollozos que le sacudían el alma.
Encontró consuelo en el abrazo protector de Jayden, llorando hasta que el cansancio finalmente la venció.
Jayden intentó consolarla de todas las formas que conocía, pero su dolor seguía siendo impenetrable.
Por fin, ella se quedó dormida en el coche, lo que le permitió respirar aliviado por primera vez.
Mientras conducía hacia casa, su teléfono sonó con la noticia de que Lucille y Leon se dirigían a la residencia de Shaun.
Comprendiendo sus intenciones, Jayden cambió rápidamente de rumbo hacia la casa de Shaun.
Aunque Shaun había anticipado la llegada de Lucille y Leon, su obsesión por la situación de Tracy le impedía tener paciencia con su intrusión. Los abandonó en el umbral sin ceremonias.
Al llegar, Jayden descubrió a la pareja aferrada a un documento, con una determinación inquebrantable a pesar de su frágil apariencia.
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