Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1671
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1671:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Jayden le devolvió la mirada sin pestañear. —¿Has olvidado lo que pasó entre vosotros? ¿Qué eres exactamente para ella?
Shaun se puso rígido y apretó la mandíbula. —Mi historia con ella es una cosa, ¡pero ella nunca debería estar con Lowell!
Jayden permaneció imperturbable, con un tono plano e inflexible. —Ella puede estar con quien le dé la gana. ¿Tu opinión? No importa. —Hizo una pausa deliberada y luego se inclinó ligeramente, clavando la mirada en Shaun—. Ya que estamos poniendo las cartas sobre la mesa, déjame decirte algo más.
Los ojos de Shaun se oscurecieron con sospecha. —¿Qué?
Jayden no pestañeó. —Tu accidente de coche. La policía no encontró nada: ni pistas, ni sospechosos, ni un motivo claro. Pero alguien quería matarte.
Shaun se tensó. Desde que recuperó la memoria, había estado tan obsesionado con encontrar a Tracy que el accidente había pasado a un segundo plano. Ahora, el miedo se le enroscaba en la columna vertebral como un tornillo.
Jayden vio el destello de vacilación y agarró a Shaun por el hombro con firmeza. —La persona que causó ese accidente, la que intentó matarte, fue Tracy.
Shaun retrocedió como si le hubieran golpeado. —¡Eso es imposible! —Las palabras salieron disparadas, feroces e inquebrantables—. ¡Ella nunca haría algo así! ¿Por qué iba a hacerlo? ¡No tiene motivos para odiarme!
La expresión de Elyse se endureció. —¿Estás tan seguro? ¿De verdad has olvidado lo que le hiciste?
—¡No tuve otra opción! —La voz de Shaun era aguda, a la defensiva—. ¡Me obligaron! Pero incluso mientras lo decía, las palabras sonaban débiles, como un muro derruido que apenas se mantenía en pie frente a una tormenta.
Elyse soltó una risa amarga. —Claro. Quizás en algunas cosas no tuviste elección. Pero dime, cuando Dolores arruinó tu boda y humilló a Tracy delante de todos, ¿tenías las manos atadas? Y cuando Lowell y Dolores la empujaron por el acantilado, cuando te rogué que investigaras, que le dieras la justicia que se merecía…
—¿Qué hiciste? Le diste la espalda. Protegiste a Lowell y a Dolores. Te convenciste a ti mismo de que Tracy saltó en lugar de creer que intentaron matarla.
Su voz temblaba de emoción. —Le dijiste que la querías. Que querías empezar de nuevo. ¿Así es el amor? Rompiste todas tus promesas, Shaun. Lo destrozaste todo.
Un sabor amargo se aferró a la lengua de Shaun, pesado y acre. Consiguió decir: «Me equivoqué. En todo».
Elyse soltó una risa burlona, tan afilada como el cristal roto. «Recuerdo cuando Tracy finalmente decidió seguir adelante. Tenía un nuevo comienzo, una base sólida. Por una vez, estaba construyendo algo para sí misma… y entonces tú lo arruinaste. Lo derribaste todo, quemaste ese puente hasta los cimientos». Su mirada se clavó en Shaun, penetrante e implacable. «¿Cómo pudiste ser tan egoísta?».
Shaun esbozó una sonrisa irónica. «Puede que no lo creas», murmuró, «pero nunca pensé que amaba a Tracy. Me convencí a mí mismo de que no era así. Y, sin embargo… resulta que la he amado todo este tiempo. La he amado más que a nadie. Solo que tenía demasiado miedo para admitirlo».
.
.
.