Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1669
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1669:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Anthony le entregó a Elyse un estuche de violín. «Lo hice yo mismo. No es tan bueno como el de mi padre, pero estoy mejorando. La próxima vez que vengas, puedes cambiarlo por uno mejor».
Los ojos de Elyse se agrandaron antes de suavizarse en una cálida sonrisa. «Gracias, Anthony. Significa mucho para mí».
Él le dedicó una sonrisa tímida pero encantadora.
Jayden sonrió. «¿Tu novia se sorprendió con la celebración de cumpleaños?».
Anthony se rascó la nuca, con aire avergonzado. «En realidad, pensó que iba a pedirle matrimonio. Se había preparado todo, pero yo solo fui para desearle feliz cumpleaños».
Elyse se echó a reír. —Supongo que tendrás que superarte cuando le pidas matrimonio de verdad.
Anthony se rió entre dientes. —No te preocupes, la próxima vez lo haré aún más especial.
Tras una breve charla, Elyse y Jayden se dirigieron al aeropuerto, listos para embarcar en su vuelo de vuelta a casa.
Dos días más tarde, aterrizaron y, sin adaptarse al cambio horario, se apresuraron a ir a casa de Shaun.
Los guardaespaldas los recibieron en la entrada con expresión sombría. Uno de ellos dijo: «Shaun lleva días inquieto. No quiere decir por qué. Hoy ha intentado escapar por la ventana».
Elyse abrió mucho los ojos. «¿Qué?».
El guardaespaldas continuó: «No llegó muy lejos. Lo pillamos en la puerta trasera».
Ahora, Shaun estaba sentado dentro, atado, esperando el regreso de Jayden.
En cuanto Jayden entró, vio a Shaun retorciéndose en el sofá, una imagen que podría haber sido cómica si no fuera tan absurda. Jayden cruzó los brazos y dijo en tono severo: «¿Qué tonterías estás diciendo ahora?».
Elyse estaba a su lado, con expresión preocupada. «¿Por qué eres tan terco? Siempre insistes en hacerlo todo tú mismo». Shaun permaneció impasible. Cerró los ojos, como si quisiera ignorarlos por completo.
Jayden se burló. —No te han amordazado. ¿A qué viene tanto silencio? Elyse frunció el ceño. Algo iba mal: aquel no era el Shaun que ella conocía. La tensión en la habitación le ponía los pelos de punta y le instaba a la cautela.
Jayden entrecerró los ojos. —¿Has recuperado la memoria?
Elyse contuvo el aliento. —Espera, ¿ya te acuerdas?
Jayden se agachó frente a Shaun, con voz baja y teñida de sospecha. —¿Has visto algo, o a alguien, que no debías? ¿Como… Tracy?
Eso tocó un punto sensible. Shaun abrió los ojos de golpe, con mirada feroz y desafiante, con un fuego imposible de ignorar.
La intensidad de su mirada hizo que el corazón de Elyse diera un vuelco. El peso de las verdades no dichas se cernía entre ellos, espesando el aire.
Shaun ya no tenía su habitual actitud despreocupada. La calidez que antes le proporcionaba el olvido de su pasado había desaparecido, sustituida por un tono frío y distante que revelaba su verdadera naturaleza. Solo esta versión endurecida de Shaun podía romperle el corazón a Tracy.
.
.
.