Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1664
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Capítulo 1664:
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Dejó la taza sobre la mesa y sonrió a Elyse. —¿Pero tu madre? Ella había sufrido golpes toda su vida. Para ella, los reveses no eran el fin del mundo, solo obstáculos que había que superar. Tenía una fuerza que Rickey nunca había visto antes.
La expresión de Elyse se suavizó. —Entonces, mi padre encontró el valor para levantarse gracias a mi madre.
—Exacto —dijo George con un gesto de complicidad—. Ella no entendía idiomas extranjeros y era la primera vez que tomaba un vuelo internacional. Pero aun así hizo el viaje solo para enfrentarse a él. Y no para un gran reencuentro romántico, no, vino para echarle en cara todo lo que le había hecho y cerrar ese capítulo.
Anthony soltó una risa nostálgica. —Así es. Recuerdo ese día como si fuera ayer. Mis amigos y yo ayudamos a Rickey a pedir prestado un coche y él se fue corriendo al aeropuerto para recuperar a tu madre.
Elyse, conmovida, preguntó: —¿Ella lo perdonó?
Anthony se rascó la cabeza. —No inmediatamente. En cuanto se dio cuenta de que él había ido para recuperarla, lo tiró al suelo y empezó a darle puñaladas. Estaba tan ocupada golpeándolo que perdió su vuelo».
Elyse se estremeció antes de soltar una risa forzada. «Bueno, sea como sea, funcionó. Ella se quedó. Le dio otra oportunidad a mi padre».
Jayden había estado escuchando en silencio sin decir nada. Más tarde, esa noche, de vuelta en el hotel, comentó de improviso: «Sabes, te pareces mucho a tu madre».
Elyse, tomada por sorpresa, se volvió hacia él con una ceja levantada. —¿Ah, sí? ¿En qué te parezco?
Jayden la miró con aire cómplice. —Cuando me pegaste.
A Elyse le tembló el ojo. Sin perder el ritmo, le agarró un mechón de pelo con los dientes apretados. —¿Qué tontería estás diciendo? ¿Cuándo te he puesto la mano encima?
Jayden hizo una mueca de dolor. —Está bien, está bien, quizá no me hayas pegado, pero se te da muy bien tirarme del pelo.
Elyse lo soltó y cruzó los brazos con expresión impasible. —¿Y eso cuenta?
Jayden se alisó el pelo revuelto con un suspiro dramático. —Oh, claro que cuenta.
Elyse exhaló y se dejó caer en el sofá, frotándose las sienes. —Cuando me enteré de que Rebecca había tendido una trampa a mi padre y de lo mucho que le había destrozado, me sentí fatal por él. Pero después de escuchar la versión de George… No sé. Estoy empezando a ver un lado menos noble y más… débil de mi padre.
Jayden se sentó junto a Elyse y la abrazó para consolarla. —Las personas son complicadas —murmuró—. He oído hablar tanto de tu padre que casi siento que lo conozco. Pero es la primera vez que oigo hablar de tu madre. Descubrir que ella golpeó a tu padre… me ha hecho darme cuenta de algo: tú has heredado tu fuerza de ella. De ahí viene tu resistencia.
Elyse levantó la cabeza de golpe y clavó sus ojos enrojecidos en los de Jayden. Sus palabras le habían llegado al alma. Antes de que pudiera pensarlo dos veces, se arrojó a sus brazos y dejó que las lágrimas fluyeran libremente.
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