Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1606
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Capítulo 1606:
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Al final del segundo día, justo cuando empezaba a caer la noche, sonó el teléfono de Brook. Era su tío, Jordy Owen. Brook respondió con calma, sabiendo que, fuera lo que fuera, hacía tiempo que había aprendido a manejar las conversaciones de su tío.
—Brook, cuánto tiempo sin verte. Tu tía y yo te echamos mucho de menos. ¿Qué tal si vienes a casa a comer algo rico? —La voz de Jordy sonaba alegre.
Brook respondió: —Allí estaré, pero llegaré unos treinta minutos tarde.
—No hay problema. Te estaremos esperando —dijo Jordy, riendo por teléfono antes de colgar.
Brook no dijo nada más y decidió volver a sumergirse en su trabajo. Solo cuando terminó la última tarea salió de la oficina.
Cuando llegó a casa de Jordy, su tía política, Zoe, lo recibió con una calidez capaz de derretir el corazón más frío. «¡Brook, cuánto tiempo! ¡Y debo decir que estás aún más guapo que la última vez que te vi!».
Brook esbozó una pequeña sonrisa y respondió con tono amable: «Zoe, estás radiante. Parece que te estás tomando la vida con calma y te sienta bien».
Zoe se rió entre dientes. «Bueno, ahora que estoy jubilada, tengo todo el tiempo del mundo para disfrutar de la vida, y eso me sienta muy bien».
Los dos se dirigieron al salón, charlando como viejos amigos. Jordy, al darse cuenta de que habían llegado, se levantó de su asiento. «¡Brook! Me alegro de verte. ¿Qué tal va todo en la empresa?».
«Todo va bien», le aseguró Brook.
Jordy le dio una palmada en la espalda a Brook, con una sonrisa de orgullo en el rostro. —Estoy muy orgulloso de ti. Te estás convirtiendo en un hombre excelente. Haces que un viejo como yo tenga esperanza en el futuro.
Mientras Zoe iba a preparar las bebidas, Jordy llevó a Brook al estudio, con un cambio sutil en su actitud.
Curioso, Brook preguntó: «Tío Jordy, ¿te pasa algo?». Jordy dudó, como si las palabras se le atragantaran en la boca. Tras una larga pausa, habló. «Te he visto crecer y ahora que tu carrera está consolidada, creo que es hora de que empieces a pensar en casarte. Tu madre también lo ha mencionado. Ya casi tienes treinta años. Es hora de que lo pienses».
El rostro de Brook permaneció impasible, con una expresión de calma. Ya se lo esperaba. Al fin y al cabo, hacía tiempo que había oído hablar de la aventura de Jordy con Corrie.
—No tengo prisa —respondió Brook con voz firme—. Sí, acabo de tomar las riendas de la empresa y, aunque las cosas están mejorando, todavía hay retos que afrontar. Por ahora, tengo que centrarme en el negocio.
Jordy, cada vez más inquieta, se inclinó hacia él. —La empresa no es tan difícil como la pintas. Solo estás ganando tiempo. ¿Cuánto tiempo piensas posponerlo? Corrie no va a esperar eternamente. Y su familia también está empezando a ponerse nerviosa. Han venido a preguntarme cuándo te vas a casar. Les preocupa que el compromiso se rompa y, si eso ocurre, ¿qué pensará Corrie? Se sentirá humillada».
Brook no se inmutó. —Agradezco tu preocupación, pero creo que el matrimonio es un compromiso serio que requiere una reflexión profunda. Una vez que haya superado los obstáculos de la empresa, estaré en mejores condiciones para darle a Corrie la vida que se merece.
Jordy suspiró, con un tono de frustración en la voz. —Ya eres un hombre adulto, con tus propias ideas. No puedo obligarte, pero te lo recuerdo: retrasar demasiado el matrimonio puede ser perjudicial.
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