Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1599
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Capítulo 1599:
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La llamada terminó y Elyse dejó el teléfono a un lado con silenciosa satisfacción.
Jayden, que había absorbido cada palabra, rodó hacia ella y la envolvió en su abrazo protector.
—Parece que está bastante furiosa —observó él.
—Teme que pueda retirarme en el último momento. Está intentando obligarme a participar, pero esas tácticas no funcionarán conmigo. Ella sigue sin poder hacer nada en esta situación —explicó Elyse, que entendía perfectamente las motivaciones de Rebecca.
Jayden dijo: —Dada su persistencia, solo puedo suponer que su plan esta vez es aún más ambicioso y que necesita a alguien que cargue con la culpa. Y como tú eres la hija de Rickey, convertirte en el chivo expiatorio es su estrategia óptima.
Elyse respondió con tranquila determinación: —Tienes razón. Por eso precisamente pretendo ponérselo muy difícil.
Jayden presionó sus labios contra los de ella en un tierno beso. —No te preocupes, me aseguraré de que ella también encuentre obstáculos importantes.
Intrigada por sus palabras, Elyse preguntó: —¿Qué estás tramando exactamente?
—Naturalmente, mi principal preocupación sigue siendo tu seguridad. Todas las estrategias que desarrollo giran en torno a ti —le aseguró Jayden.
Elyse insistió: —¿Y te niegas a compartir esos planes conmigo?
—Te lo revelaré todo una vez que los preparativos estén listos. Si fracasara, la vergüenza sería considerable —respondió Jayden con confianza inquebrantable.
Al no encontrar una respuesta adecuada, ella se limitó a asentir. —Entonces, lo dejaré en tus manos.
Con ese reconocimiento, se levantó de la cama.
Jayden frunció el ceño, confundido. —Aún es temprano. ¿Adónde vas?
—Tengo obligaciones profesionales —explicó Elyse—. Chloe ha venido a recogerme. Volveré esta noche.
Jayden expresó su decepción. —Por fin consigo un día libre y descubro que tienes compromisos laborales.
Al observar su reacción, Elyse sugirió con naturalidad: —¿Por qué no me acompañas al trabajo hoy?
Jayden se enderezó inmediatamente, intrigado.
—Ya que me lo has pedido, supongo que no tengo otra opción. Eres muy persuasiva.
Elyse frunció los labios en un delicado puchero. Había sido un comentario espontáneo; no esperaba que se lo tomara en serio.
Treinta minutos más tarde, cuando Chloe llegó a recoger a Elyse, se quedó paralizada al ver a Jayden junto a ella.
—Señor Owen, ¿nos acompaña hoy? —preguntó Chloe con evidente incertidumbre.
Jayden lo confirmó con un gesto decidido. —Así es. He sentido curiosidad por sus actividades profesionales diarias, así que he reservado tiempo para observarla.
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