Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1581
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Capítulo 1581:
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Brook ejercía el poder públicamente, mientras que Jayden movía los hilos desde las sombras. Ninguno de los dos hombres se doblegaría ante sus deseos: ella había quemado esos puentes hacía mucho tiempo.
No importaba a qué miembro influyente del clan hubiera seducido, ninguno podría influir en la decisión matrimonial de Brook.
Sin embargo, la negación nublaba el juicio de Corrie. Se convenció a sí misma de que encontrar a alguien con más autoridad que Brook le aseguraría su lugar en la familia Owen.
Sin saberlo, la estructura de poder de la familia había cambiado irreversiblemente.
La amargura consumía a Corrie. Su elevada posición en su propia familia le había granjeado muchos enemigos, y solo la protegía su frágil conexión con los Owen.
Si Brook rompía con ella, esos parientes vengativos se abalanzarían sobre ella, ansiosos por presenciar su caída.
Tras un momento de reflexión, Corrie se armó de valor. Casarse con Brook era esencial, independientemente de sus sentimientos. ¡Lo conseguiría!
Brook seguía ajeno a sus desesperados planes, cansado de sus discusiones sin sentido.
—Deja de interrumpir nuestra conversación —le ordenó—. Vete a ocuparte de tus asuntos.
Sin mirar atrás, Brook se dirigió al salón.
La traición y el odio se agitaron en el pecho de Corrie. Sus pensamientos se tornaron oscuros. Si él la hubiera reclamado hace tiempo, ella nunca habría buscado consuelo en otra parte. Solo era humana, con deseos humanos. Ahora él condenaba sus acciones, pero ¿no era su rechazo la causa principal?
Los ojos de Corrie ardían mientras miraba al salón. —¿Así que Camille te ha llamado la atención? —murmuró con rencor—. ¿Sueñas con casarte con ella? ¡Pues me encargaré de que eso nunca suceda!
Una sonrisa siniestra se dibujó en sus labios mientras se marchaba.
Dentro del salón, Camille se animó al ver regresar a Brook.
—Cariño, por fin has vuelto —le dijo con voz melosa, acercándose a él—. Te he echado mucho de menos.
Brook la abrazó. —Estoy bien —le aseguró—. No te preocupes tanto, la gente se burlará de mí.
Camille se dio cuenta de las expresiones de desconcierto de Jayden y Elyse y se sonrojó. —No lo malinterpretéis —se apresuró a explicar—. Brook suele ser muy competente. Es solo que yo soy demasiado dependiente.
Elyse y Jayden intercambiaron miradas significativas, sin saber qué decir.
Brook miró su reloj. —Quedémonos charlando un rato más antes de cenar —sugirió—. Es raro que estemos todos juntos, disfrutad.
—Me apetece tomar una copa —dijo Elyse con picardía.
Jayden se volvió para estudiar su rostro.
Brook se rió entre dientes, ignorando la mirada de desaprobación de Jayden. —Bebe todo lo que quieras, yo invito.
—¡Yo también quiero! Camille tiró de la manga de Brook suplicante.
Todas las miradas se volvieron hacia Brook para ver su reacción.
Él sonrió con indulgencia y le pellizcó la mejilla. —Está bien, pequeña glotona. Solo un sorbo.
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