Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1576
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Capítulo 1576:
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Jayden carraspeó torpemente. —Nada grave, solo una broma que se ha ido de las manos.
—Entendido. ¿Continuamos? La comida nos espera —Driscoll señaló hacia el comedor.
Dentro, Jayden encontró a Elyse irradiando descontento. Con cuidado deliberado, apartó la silla que había junto a ella.
—¡No te acerques! —espetó Elyse, con palabras tan afiladas como cuchillos.
—Cariño, estar lejos de ti no es una opción —la voz de Jayden tenía un tono suplicante.
La furia brilló en los ojos de Elyse mientras le agarraba la oreja con fuerza. —¿Quieres cercanía? Sigue soñando.
Aprovechando la ausencia momentánea de Driscoll, Jayden le susurró entre dientes: —Era una broma inofensiva, y en el fondo te gusta. ¿Por qué no lo admites? No pasa nada».
Sus palabras solo avivaron su indignación. El color inundó sus mejillas mientras exclamaba: «¡Deja de decir tonterías! ¡Lo detesto!».
Una sonrisa cómplice se dibujó en los labios de Jayden. Elyse era perfecta en todos los sentidos, salvo por su entrañable timidez. La más mínima burla nunca dejaba de alterarla.
A medida que su ira se disipaba, un destello de ternura cruzó el rostro de Elyse y aflojó el agarre.
Aprovechando ese momento de vulnerabilidad, Jayden le tomó los dedos entre los suyos. Al encontrarse con su mirada sorprendida, declaró triunfante: «Dices que no te gusta, pero tus acciones delatan tu afecto».
La proximidad les hizo compartir el mismo aliento, y Elyse se encontró perdida en el reflejo de la intensa mirada de Jayden.
Otra oleada de color carmesí tiñó sus mejillas.
Jayden no pudo evitar saborear la visión de su estado de nerviosismo, y la satisfacción le calentó el pecho.
Cuando Driscoll regresó con el personal de servicio, descubrió a la pareja envuelta en un abrazo íntimo, intercambiando palabras dulces. Suspiró para sus adentros. Su relación era como una danza perpetua entre la tormenta y el sol, hermosa pero agotadora de presenciar desde fuera.
Optó por la discreción en lugar de hacer comentarios.
Después de asegurarse de que la mesa estuviera correctamente servida, Driscoll acompañó a los sirvientes fuera, dejando a la pareja disfrutar de su momento de intimidad.
A mitad de la cena, el teléfono de Jayden vibró con un mensaje de Brook. Levantó las cejas al leerlo. «Desde luego, no está perdiendo el tiempo».
Elyse tomó un sorbo de agua con mesura. «¿Qué pasa?», preguntó, fingiendo indiferencia.
—Le pedí a Brook que buscara una nueva novia —explicó Jayden—. Ya ha encontrado una y quiere que veamos una pequeña actuación mañana.
Elyse lo comprendió todo. —Debe de ir en serio lo de salvar a Jennie. Nada más le haría actuar con tanta rapidez.
Jayden asintió pensativo. —Mañana veremos cómo lo maneja Corrie.
Elyse levantó la mirada y su voz sonó gélida. —Estás deseando ver a Corrie, ¿verdad?
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