Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1559
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Capítulo 1559:
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Jayden parpadeó incrédulo. —¿Estás diciendo que un hombre adulto estaba cautivo por una niña pequeña? ¡Eso es imposible!
Elyse se rascó la cabeza, con expresión nublada. —En el sueño parecía totalmente plausible. La niña parecía una princesa, rebosaba poder, mientras que el hombre era un simple plebeyo.
—¿Una princesa? —repitió Jayden, con la mente dando vueltas a las implicaciones.
Elyse suspiró y se quitó las sábanas. —Necesito una ducha —dijo con aire resignado—. Estoy empapada.
Jayden se recostó, perdido en sus pensamientos. El sueño de Elyse se aferraba a su mente como una sombra que se negaba a desaparecer. ¿Cómo podía una niña pequeña someter a un hombre? ¿Qué clase de niña retorcida era?
Cuando Elyse reapareció de la ducha, con el pelo húmedo y la piel sonrojada, encontró a Jayden todavía sumido en sus pensamientos.
—Solo era un sueño —dijo ella, tratando de restarle importancia—. No le des importancia.
Salieron de la habitación y bajaron al restaurante del hotel para desayunar. Allí se encontraron con Celeste, cuya cálida sonrisa los invitó rápidamente a acercarse.
—Venid a sentaros conmigo —dijo Celeste, señalando un sitio libre en su mesa.
Elyse y Jayden no dudaron y se sentaron frente a ella.
Celeste no perdió tiempo. —Anoche Nick me dijo que le habías invitado a una especie de espectáculo. ¿De qué se trata? ¿Qué tipo de evento es y cuán grande es?
Elyse le transmitió la explicación de Rebecca, con palabras tranquilas y mesuradas. Pero en cuanto Celeste lo oyó, su reacción fue tan brusca como un trueno.
—¡Ni hablar! —espetó Celeste—. ¡Ninguno de los dos va a ir!
Elyse parpadeó, atónita por el repentino arrebato. —¿Por qué no? ¿No es por una buena causa?
La expresión de Celeste se ensombreció y su enfado era palpable. Tras una larga pausa, preguntó: —¿Te ha hablado Cody alguna vez de tu padre?
Elyse sintió una punzada de confusión. ¿Qué tenía que ver su padre con todo esto?
—¿Nunca te explicó por qué se rompió nuestra relación? —insistió Celeste, con un tono tan frío como la escarcha invernal.
Elyse negó con la cabeza, completamente desconcertada. Ni ella ni Gavin habían oído jamás ni una palabra sobre tensiones entre Cody y Celeste. Cody nunca había dicho nada al respecto.
Celeste suspiró profundamente, como si el peso del pasado la agobiara. —Entiendo por qué Cody no querría sacar el tema. Duele demasiado. Pero créeme, asistir a esa actuación solo te causará dolor.
La curiosidad de Elyse se avivó, pero Celeste cerró la puerta a cualquier explicación, negándose a decir más. Simplemente repitió su firme negativa, insistiendo en que no debían asistir.
Después del desayuno, Celeste se marchó abruptamente, dejando a Elyse sentada a la mesa, perdida en una tormenta de preguntas sin respuesta.
—¿Quieres que investigue un poco a ver qué puedo averiguar? —se ofreció Jayden con delicadeza.
Elyse asintió. —Por favor. Necesito saberlo.
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