Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1546
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1546:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Nick la interrumpió rápidamente. —Cody no ha amañado nada, y Elyse tiene mucho más talento del que tú crees. La única persona angustiada aquí eres tú. No solo me has saboteado a mí, sino también a varios otros concursantes. Eres venenosa y poco hábil, así que proyectas tus fracasos en los demás para paliar tus propias deficiencias.
Su expresión era fría. «Descubrir la verdad me destrozó al principio. No podía entender cómo me podía pasar una injusticia así, ser descalificado de forma tan injusta. Ahora lo tengo claro. La culpa no era mía, era tuya. Te pasarás la vida arrepintiéndote de tus actos».
La amargura que antes lo consumía empezó a desvanecerse. Solo quedaba un rastro de frustración; el dolor abrumador había remitido.
Se puso de pie y miró a Fiona con desdén, como se mira a un insecto molesto.
Ella no era más que una molestia desagradecida. Su presencia allí había sido una pérdida de tiempo.
La fachada de Fiona se resquebrajó bajo su mirada despectiva. —¡Vuelve! —gritó desesperada—. ¡Escúchame! ¡No es lo que crees! ¡La verdadera víctima aquí soy yo!
Nick siguió caminando sin perder el paso. Fiona ni siquiera merecía una segunda mirada, y mucho menos un segundo pensamiento. Él tenía su propia vida que vivir, sus propios sueños que perseguir. Había mucho más que podía lograr.
Fiona era simplemente una distracción sin sentido.
Nick salió de la opresiva habitación.
—Acabo de ver a Fiona Evans —mencionó en un tono indiferente—. Es aún peor de lo que había imaginado.
Elyse se levantó y le entregó una botella de agua. «Las personas tóxicas siempre intentarán arrastrarte a su nivel. No dejes que lo haga. Supérala. No comprometas tu futuro por alguien como ella».
Una leve sonrisa se dibujó brevemente en los labios de Nick mientras decía con confianza: «Ya lo tengo todo claro. No hay por qué preocuparse».
Elyse vio algo diferente en sus ojos esta vez. Antes, aunque estaba físicamente presente, su mirada parecía perdida, reflejando la profunda desesperación que había destrozado sus sueños y lo había dejado vagando sin rumbo. Sin embargo, ahora, un destello de determinación resoplaba en sus ojos. Había redescubierto su camino.
Al ver a Elyse reír en silencio, Nick se sintió impulsado a hacerle la pregunta que le rondaba por la cabeza. —¿No debería ser tu rival? Entonces, ¿por qué me ayudas? ¿No sería mejor para ti que fracasara?
Sorprendida por su franqueza, Elyse se rió suavemente. —Es cierto, competimos entre nosotros —dijo—. Pero fuera de la competición, ¿no hay lugar para la amistad? Aunque no seamos amigos íntimos, ¿no debería prevalecer el respeto mutuo?
Nick respondió con una sonrisa burlona. —Entonces prepárate. Tengo intención de arrebatarte el trofeo del primer puesto.
Elyse se limitó a encogerse de hombros. —Cuando estés listo.
Louise interrumpió su alegre conversación y carraspeó. —Es hora de irnos —anunció.
Nick y Elyse respondieron a Louise y se dispusieron a seguirla.
Después de despedirse de Nick, Louise acompañó a Elyse a hacer unas compras. Compraron algunas cosas y, como aún les quedaba tiempo, decidieron almorzar temprano. Mientras la camarera les servía las bebidas, Louise inició la conversación.
.
.
.