Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1520
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Capítulo 1520:
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Leon, consumido por su diatriba, no se dio cuenta del peso de sus palabras ni de la tormenta que se avecinaba en Lucille.
Lowell observaba a sus padres, sintiendo que el peso de su herencia era más bien una maldición.
La vida de Leon con su amante era un secreto a voces entre su familia, que seguía el juego para no crear problemas.
Contrayendo los labios para contener la ira, Lucille insistió: «Vamos dentro. Montar un escándalo solo empaña nuestra imagen».
Esto pareció hacer mella en Leon, que moderó su furia. Al entrar en la oficina, Lowell no pudo evitar preguntar: «¿Te ha metido Dolores en esto?».
«¡Sin el chivatazo de tu hermana, seguiríamos sin saber que te has escapado para ligar con una zorra!». Leon dio un golpe en la mesa con la mano y se le enrojecieron las mejillas.
La respuesta de Lucille fue gélida. «Tu vida personal es tuya, hasta que afecta a esta familia. Rompe con ella antes de que te enredes demasiado como para poder liberarte».
—¿Así que solo porque Dolores pica, crees que tengo novia? —replicó Lowell.
—¿Está mintiendo? —contraatacó Leon, visiblemente furioso.
Lowell soltó una risa burlona. —Estuve trabajando hasta altas horas de la madrugada. Me quedé dormido y no contesté tu llamada, ¿y ahora se supone que estoy saliendo con alguien?
Leon no estaba convencido. —¿Trabajaste hasta las cuatro de la mañana? Déjate las excusas, rompe con ella y tal vez te mantenga este trabajo.
Los ojos de Lowell echaron chispas. —¡No tengo novia! Pero deberías vigilar a Dolores.
—¿Qué problema tiene? —replicó Leon—. Está en el hospital. ¿Qué podría estropear?
—No estás al tanto de nada —resopló Lowell—. Sí, Dolores está hospitalizada, pero sigue causando problemas. Incluso en silla de ruedas, está molestando a Shaun. Últimamente, los Kennedy han sido una espina clavada, arruinando acuerdos que estábamos a punto de cerrar. ¡Ya hemos perdido dos contratos de dos millones de dólares!
El rostro sombrío de Leon se oscureció aún más. Se agarró el pecho y exclamó: —¡Tú y tu hermana son una auténtica pesadilla!
Con una calma gélida, Lowell replicó: —Olvídate de mi vida amorosa y céntrate en tu hija. Si no quieres que la empresa se hunda, ¡manténla alejada de Shaun!
A continuación, se sentó en su escritorio, con el rostro decidido, y espetó: —Tengo que trabajar. Vete, por favor.
Lucille intentó calmar los ánimos, apartando suavemente a Leon. —Lowell tiene razón. No deberíamos molestarlo durante el horario de trabajo. Dejemos que se concentre.
A pesar de querer discutir, Leon dejó que Lucille lo guiara hacia la salida.
Lowell, frente a su computadora, estaba lejos de distraerse con su trabajo. No había previsto que Dolores causara tanto alboroto. Sus padres ignoraban sus travesuras y siempre lo castigaban con dureza a él.
En ese momento, su resentimiento hacia Dolores alcanzó su punto álgido.
Después de salir de la empresa, Leon y Lucille decidieron visitar a Dolores en el hospital.
En el coche, Lucille expresó su preocupación. «Dolores quiere que inventemos una historia y culpemos a Shaun. ¿Deberíamos seguirle el juego?».
Leon mantuvo los ojos cerrados, pensativo.
Tras una pausa, Lucille continuó: «La familia Kennedy quiere romper relaciones y sabotear nuestros proyectos. Está claro que no quieren tener nada que ver con nosotros».
Leon abrió lentamente los ojos y observó: «En este mundo no hay enemigos permanentes. Con suficientes incentivos, incluso los Kennedy podrían cambiar de opinión».
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Nota de Tac-K: Tengan una muy linda linda tarde queridas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
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