Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1516
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Capítulo 1516:
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Shaun frunció el ceño y su expresión se volvió aún más seria. «Me estás haciendo parecer una persona horrible. Nunca haría algo así. Las bodas son sagradas. ¿Por qué iba a hacerle daño a mi prometida por otra persona?».
«La interrupción ha terminado. Continuemos», resonó una voz femenina en su mente.
«¿Continuar? ¿La boda? ¿Estás segura de que todavía quieres casarte conmigo?», le respondió su propia voz.
Recuerdos inconexos e inquietantes parpadearon en la mente de Shaun como fragmentos de un espejo roto.
«¿No aceptaste casarte conmigo? ¿Qué estás haciendo?».
«Has aceptado casarte conmigo, pero pareces inseguro. Ni siquiera me has dicho que me quieres».
El rostro de Shaun se ensombreció por la confusión. Abrió la boca para hablar, pero las imágenes de su mente difuminaron la realidad que tenía ante sí. No sabía dónde terminaba la verdad y dónde comenzaban los recuerdos.
Vio a una mujer despampanante pero desconocida con un vestido de novia blanco, con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Sus ojos revelaban una tormenta de emociones contradictorias: amargura, tristeza, ira y un amor que él no podía comprender.
—Elyse, por favor, tengo que irme.
—Ya no me importa. ¡Tengo que irme!
—¡No me casaré con él! Puedes casarte con Dolores. Ella te conviene más, y vuestras familias se unirán y se harán más fuertes.
«Ya no me gustas. ¡Vuelve con tu ex! ¡Me da igual!».
Shaun temblaba incontrolablemente antes de levantar lentamente la cabeza y encontrar la mirada de Elyse, con los ojos muy abiertos y aterrorizados.
La agarró por los hombros, con la voz temblorosa por el dolor y la furia. «¡Me la has robado! ¿Por qué? ¿Por qué me la has quitado? ¡Era mía!».
Elyse retrocedió, con el miedo evidente en el pánico repentino que se dibujó en su rostro. —¿Quién? ¿De quién estás hablando?
Shaun no respondió, sus palabras se repetían como un eco roto. —¡Me la quitaste! Nunca he amado a nadie más. ¡Tú dudaste de mí, y ella también! ¡Era la única a la que había amado!
Elyse frunció el ceño, con tono urgente y lleno de preocupación. —Shaun, no dices nada con sentido. ¡Para! ¡Te lo ruego, para!
Pero era demasiado tarde. La barrera se había roto, los recuerdos se habían desbloqueado y una abrumadora oleada de emociones lo invadió, implacable e incontrolable.
Shaun sentía una necesidad dolorosa de recordar más. Tenía que volver a verla, a la mujer que lo había amado, la mujer con el vestido de novia, con el rostro marcado por el desamor y la desesperación.
Al ver a Shaun desmoronarse ante sus ojos, la voz de Elyse se volvió frenética. —¡Driscoll! ¡Llama a un médico! ¡Rápido! ¡Le pasa algo muy grave!
Shaun quedó abrumado por la conmoción y perdió el conocimiento antes de que llegara el médico.
Aterrorizada, Elyse consiguió llevarlo a casa para esperar al médico.
Tres horas más tarde, Shaun recuperó la conciencia.
Elyse, aliviada, le preguntó: «¿Cómo te encuentras? ¿Estás mejor?».
Shaun no respondió, solo miraba al vacío con la mirada perdida.