Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1466
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1466:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Jayden se quedó sentado, inmóvil, con el rostro desprovisto de emoción. Cualquier rescoldo de dolor o ira que alguna vez había ardido en su interior se había enfriado ahora en un silencio helado.
Tras una larga pausa, habló con voz tranquila, casi inquietantemente. «¿Me quieres?».
Jayden habló con un tono tranquilo y sin emociones, como si ya hubiera anticipado la conversación.
Tess, por otro lado, parecía decidida a hacer entender a su hijo, con la esperanza de que finalmente accediera.
«Te quiero», insistió. «Todos los padres quieren a sus hijos. Mi amor por ti es más profundo de lo que nunca podrías entender».
«¿Te acuerdas de mi cumpleaños?», preguntó Jayden, poniéndola a prueba.
El rostro de Tess mostró un destello de incomodidad mientras dudaba, pues la memoria le fallaba. «Es en noviembre, ¿verdad? ¿El día 4?».
Una sonrisa sardónica apareció en el rostro de Jayden. «Ni siquiera puedes recordar mi cumpleaños. ¿Cómo es eso amor?».
Avergonzada, Tess continuó: «Se me olvidó. No fue intencionado. A medida que envejezco, mi memoria no es tan aguda».
«¿Crees que ser mi madre lo excusa todo?», insistió Jayden.
La frustración de Tess creció. «¿Qué esperas de mí? ¡Te he declarado mi amor! ¿No es suficiente? ¿Y qué si olvidé tu cumpleaños? ¿Es realmente tan importante?».
«A veces me pregunto para qué tenemos padres», comentó Jayden en voz baja.
«¿Es que no sabes apreciar nada?», exclamó Tess. «¡Sin tu padre y sin mí, no tendrías la vida privilegiada de un heredero Owen! Te lo hemos dado todo y sigues siendo un desagradecido. ¡Simplemente eres un desalmado!».
Agotada, Tess gritó: «¡Nombra a tu hermano vicepresidente ahora mismo! ¡Inmediatamente!».
Jayden se echó hacia atrás, con tono frío. —Así que, llegamos al meollo del asunto. Sospechaba que mantendrías esta fachada de «madre cariñosa» hasta que me enfermara.
Tess se rió con frialdad. —Soy tu madre. Seguirás mis órdenes. Si dijera que debes morir, ¡tendrías que obedecer!
—¿Por qué debería hacerlo? —preguntó Jayden con sencillez.
Tess gritó: «¡Si me desafías, eres un desalmado! ¡Expondré tu verdadero yo a todo el mundo, les mostraré lo desagradecido que eres!».
«Adelante», dijo Jayden con calma.
Tess se sorprendió. «¿Qué?».
«Adelante, intenta exponerme», repitió Jayden con firmeza. «No me someteré a tu voluntad. El mandato de Bryce ha terminado».
Abrumada por la calma y el desapego de Jayden, Tess perdió la compostura y exclamó: «¿Qué estás haciendo? Bryce es tu hermano. ¿Cómo puedes tratarlo así?».
Mientras Tess estallaba de ira, Jayden permanecía sereno, con una expresión indescifrable. «¿Alguna vez me trató como a un hermano mayor?».
Con su orgullo destrozado, Tess estalló en un arrebato feroz, señalando a Jayden con una mano temblorosa y desatando una avalancha de maldiciones, incluso deseándole la muerte.
El asistente, que había estado alerta afuera, abrió rápidamente la puerta, solo para encontrarse con las duras palabras de Tess. Estaba conmocionado. ¿Cómo podía una madre dirigir palabras tan amargas a su propio hijo? La idea era increíble.
En marcado contraste con la conmoción y la impotencia del asistente, Jayden se mantuvo completamente tranquilo, como si hubiera anticipado este momento y no se hubiera visto afectado.
.
.
.